NADIE TIENE AMOR MÁS GRANDE
Al que nos ama y que por su sangre nos ha librado de nuestros pecados.
Fuerte es el amor, como la muerte,
Ni las muchas aguas pueden apagarlo, ni los ríos pueden extinguirlo.
Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos.
Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados,
para que muramos al pecado y vivamos para la justicia.
Por sus heridas ustedes han sido sanados.
En él tenemos la redención mediante su sangre,
el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de la gracia
…ya han sido lavados, ya han sido santificados,
ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y
por el Espíritu de nuestro Dios.
Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación
santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las
obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su
luz admirable.
Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de
Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración
espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y
agradable a Dios.
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