"Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque el Señor sostiene su mano." Salmo 37:24
Cuando los problemas de la vida comienzan a rodearnos, y eso a todos nos sucede, la gran pregunta es: ¿Cómo reaccionar? ¿Qué actitud tomar? ¿Se siente desilusionado y con deseos de abandonar la lucha?
Llegarán tiempos cuando las cosas una tras la otra, tratarán de tumbarlo, de caer sobre usted, pero lo importante es no quedarse debajo de los problemas.
Los problemas a los cuales nos referimos pueden ser, no tener suficiente dinero para hacerle frente a sus necesidades, haber perdido el trabajo, sufrir un accidente o una enfermedad con sus gastos y dolores inesperados, el fracaso de algún plan u objetivo en la vida, alguna desilusión amorosa, una amistad perdida; bueno, la lista sería interminable!
Hay dos posibilidades, cuando las cosas se ponen difíciles;
Una es desanimarse, desesperarse, abandonar la lucha con la actitud "total no hay solución".
La segunda posibilidad es poner todos sus problemas en las manos de Dios y creer positivamente y con optimismo que Dios y usted, juntos, pueden encontrar la salida a esa situación adversa.
Póngase en marcha y el Señor que sostiene su mano le levantará. Amén.
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