EL PACTO DEL MATRIMONIO
¡A Jesús le encantan las bodas! Cada vez que se le invita, gozosamente está presente. Por cierto que el Evangelio de Juan afirma que el primer milagro de Jesús ocurrió en una boda (Jn 2.1–12). Ese día Jesús convirtió el agua en vino. Lo que podría haber sido una desastrosa fiesta de bodas debido a la falta de provisión adecuada para los invitados, se convirtió en la más famosa recepción de la historia. Es más que un simple acto hermoso o poético el que Jesús convirtiera el agua en vino en una celebración nupcial.
Hay varias verdades sencillas, pero profundas, que acompañan a este primer milagro de Jesús. El mismo hecho de que Jesús pide agua es digno de notarse. Su obra no se basa en alguna extraña combinación de ingredientes exóticos para obrar sus milagros. Lo que pide es la sustancia más común de la tierra. Allí empieza el milagro, pidiendo que se provea lo que está disponible, libre y abundantemente. «Llenad estas tinajas de agua», instruye Jesús. No se puede decir más sencillo. El resto descansa en El. Está perfectamente dispuesto a bendecir esta boda. Y asimismo dispuesto a bendecir cualquier boda a la que se lo invita.
El amor de Dios por las bodas y los matrimonios tiene un sentido obvio. El matrimonio fue la primera relación que Dios proveyó en el mundo de Adán. Es el punto de inicio de la bendición en el orden social humano, y sin él, ni las familias, ni las iglesias, ni la sociedad misma, podrían existir. El pacto matrimonial es el vínculo humano individual más importante que mantiene unida toda la obra de Dios en el planeta. No es menuda maravilla que el Señor se apasione respecto a la santidad del matrimonio y la estabilidad del hogar. Este pacto matrimonial se basa en el pacto que Dios ha hecho con nosotros. Es en el poder de su promesa a su humanidad que nuestro pacto matrimonial personal puede mantenerse en contra de las fuerzas que destruirían los hogares y arruinarían las vi-das.
Un pacto, alianza, tratado, acuerdo, compromiso, fianza. Esta es una de las palabras de mayor importancia teológica en la Biblia. Aparece más de 250 veces en el Antiguo Testamento. Un berit [pacto] puede hacerse entre individuos, entre un rey y su pueblo o entre Dios y su pueblo[…] En Génesis 17.7 vemos la mayor provisión del pacto con Abraham, es la piedra angular de la relación eterna de Israel con Dios[…] Todas las promesas bíblicas están basadas en esta gloriosa declaración.
El acto de la circuncisión se requirió como señal del pacto previamente establecido con Abraham. Este no fue un nuevo pacto sino una señal externa que Abraham y sus descendientes habrían de adoptar para mostrar que ellos eran el pueblo del pacto divino. El hecho de que este acto se realizara en el órgano reproductivo masculino tiene, a lo menos, un doble significado: 1) cortar el prepucio significaba apartarse de la dependencia de la carne, y 2) su esperanza de futura prosperidad no debería descansar en su habilidad propia. La circuncisión era una aseveración de que la confianza descansaba en la promesa y fidelidad de Dios, más bien que en su propia carne.
La permanencia del pacto eterno de Dios con Abraham y sus descendientes se ilustra en Jeremías 33.20–26. Dios se revela como el Hacedor del pacto. Aquí, en este pasaje, las actividades de Dios en la creación se describen en término de la permanencia de su pacto. Si el sol y la luna no realizaran su tarea diaria ni hubieran las estaciones del año, el pacto con el hombre dejaría de existir. Ese pasaje continúa diciendo que si el día y la noche continúa y «si yo no he puesto las leyes del cielo y la tierra, también desecharé la descendencia de Jacob, y de David mi siervo».
Por favor, note que esta promesa de un pacto seguro se da en medio del cautiverio de Israel en Babilonia. Aun cuando el mundo cae sobre Israel debido a su pecado, Dios todavía es el Dios que guarda el pacto.
En el Nuevo Testamento la palabra griega diatheke se usa para el concepto de pacto. «Una voluntad, un testamento, un pacto, contrato, un plan en el que dos personas o grupos están de acuerdo y suscriben. Si bien la palabra puede significar un acuerdo entre dos partes, cada una aceptando mutuas obligaciones, con mayor frecuencia es una declaración de la voluntad de una persona. En la Biblia, Dios es quien toma la iniciativa, pone las condiciones y define, como un decreto, una declaración de propósitos. Dios hizo pactos con Noé, Abraham, Moisés e Israel. En el NT, Jesús ratificó con su muerte en la cruz un nuevo pacto, al que en Hebreos 7.22 se le denomina "un mejor pacto"».
Este nuevo pacto ofrece la promesa de perdón de pecado y la vida eterna a todos los que reciben a Jesucristo como su Salvador. Anteriormente leímos en Jeremías 31.32 que la relación de Dios con Israel era como la de un esposo a su esposa. Algo semejante se usa en el Nuevo Testamento.
El pacto entre el esposo y la esposa
El concepto básico de Cristo como esposo es uno de amor que se sacrifica y de absoluta devoción a su esposa. Esta relación de pacto entre Cristo y la Iglesia es inquebrantable, porque el Señor es el que mantiene personalmente la unión. Esto es posible debido a que Jesucristo es Dios mismo, divino, sin pecado y sin los defectos de la debilidad humana. Pero, ¿cómo debemos mantener nuestro pacto matrimonial cuando hay tanto fracaso y limitación humanos que vencer en cada uno de nosotros?
Lea Génesis 2.18–25. El relato de la primera pareja es profundo en percepción para todas las parejas casadas. Examinemos algunos de los principios de lo que debe ser el matrimonio a nivel humano. ¿Cuál era el estado de Abraham en Génesis 2.17?
¿Por qué le dio Dios una compañera a Adán en 2.18?
Este pasaje de la Escritura destaca aspectos significativos de la vida matrimonial que son clave para el éxito de la unión. En el versículo 24 se indican tres consideraciones especificas que son importantes en esta unión de hombre y mujer. ¿Cuáles son?
El desafío de llegar a tener nuestra familia («el hombre dejará a su padre y a su madre») es un gran problema en la sociedad de hoy. ¿Cuáles son las consecuencias para las relaciones matrimoniales que batallan con aceptar la responsabilidad de tener su propia unidad familiar?
¿Qué consejo le daría a una pareja joven que depende económicamente de los padres de uno de ellos?
¿Cuál es el impacto en la relación matrimonial cuando uno de los cónyuges recibe su respaldo emocional de sus padres antes que de su cónyuge?
En Génesis 3.9 se ilustra la unidad que Dios ha planeado para el matrimonio. ¿Cuáles son los nombres del hombre y la mujer en este versículo?
¿De dónde recibe Eva su nombre?
¿Quién la llama su mujer en Génesis 3.21?
En la aceptación social del matrimonio en nuestra cultura la mujer casi siempre recibe el apellido de su esposo al casarse. ¿ Piensa que hay alguna significación espiritual para esta práctica?
¿Por qué una mujer preferiría conservar su nombre de soltera después de casarse?
¿Es esto apropiado? ¿Cuáles son las razones que le motivan para tal decisión?
¿Podría el rechazo del apellido de su esposo relacionarse al deseo de la esposa de mantener independencia del marido?
¿Es esta una razón válida para conservar el apellido de soltera en una pareja?
En Génesis 1.26 Dios habla y declara: «Hagamos al hombre a nuestra imagen». Así que la perfección de la unidad, según se describe en la Deidad, debe reflejarse en la unidad que Dios genera en el hombre y la mujer que se unen en matrimonio. ¿Exige la unidad matrimonial que se nieguen los gustos, preferencias, habilidades y dones individuales por causa de la unidad?
¿Qué debería hacer una pareja cuando las preferencias, ideas y deseos personales interfieren con el matrimonio?
El concepto de unidad en el matrimonio es una verdad hermosa. ¿Cómo llega esto a ser una realidad en el matrimonio?
¿Hay cosas que las parejas podrían hacer para fomentar la unidad en su hogar? Mencione algunas de las que crean unidad.
Cite algunas de las que quebrantan la unidad entre los esposos en el hogar.
¿Puede nombrar algunas parejas de la Biblia que demuestran unidad en su relación matrimonial?
Lea Malaquías 2.15. El contexto de este versículo es la realidad trágica del divorcio y el rompimiento de la unidad matrimonial. El profeta declara la Palabra de Dios respecto al divorcio. En este versículo, ¿quién declara la Biblia ser el que une a las parejas casadas, que las hace ser uno?
Si la unidad en el matrimonio es más que un simple intento de soportarse mutuamente, según se describe en Malaquías 2.15, ¿piensa que Dios tiene algún interés en preservar la unión de los esposos? ¿Por qué?
Lea Mateo 19.4–6. El versículo 5 hace referencia directa a Génesis 2.24. Sin embargo, Jesús añade el versículo 6 al pasaje del Antiguo Testamento. Amplía el concepto de unidad de la pareja a una ordenada y ejecutada por Dios. Literalmente, la unidad que Dios ha planeado para las parejas se logra en realidad mediante su obra en ellos.
¿Quién dice Jesús que los une? (Véase Mt 19.6.)
¿Cómo cree que se logra esta unión en el matrimonio?
Todos hemos oído la frase: «Este es un matrimonio hecho en el cielo». ¿Por qué piensa que Dios hace una inversión personal en cada matrimonio?
Usted que está casado: ¿Por qué Dios tiene interés personal en su matrimonio?
Si es soltero: ¿Piensa que la elección de su cónyuge es sólo un asunto de enamorarse?
¿Qué quiere decir el Señor en 2 Corintios 6.14: «No os unáis en yugo desigual»? ¿Qué implica esto respecto a la selección del cónyuge?
No es posible vivir en unidad con un cónyuge que no tiene el mismo amor por Jesucristo que usted tiene. Pueden ser muy buenos amigos y quererse profundamente. Sin embargo, la verdadera base de cualquier matrimonio se halla en Jesús mismo. Para el cristiano el fundamento para cada toma de decisiones, la crianza de los hijos y los compromisos de la vida se basan por completo en nuestra vida en Cristo. Cualquier persona que no participa de esta fe fundamental en Cristo, nunca se ajustará a la parte más íntima de su vida espiritual. «Casarse con un incrédulo es establecer una alianza desigual que debe ser evitada. Para disfrutar de una unión feliz el creyente debe aliarse a alguien cuyos ideales y propósitos se centren en Jesucristo».
Las palabras de Jesús en Mateo 19.6 concluyen: «Lo que Dios juntó, no lo separe el hombre». ¿Qué cree que Jesús quiso decir con esto?
¿Piensa que es aplicable a las personas que quieren separarse de sus cónyuges en tiempos de tensión y adversidad?
¿Piensa que los problemas se evitan mediante la separación de los cónyuges que atraviesan dificultades?
¿A dónde pueden acudir las parejas en busca de ayuda si descubren que están atacando a su matrimonio?
¿A dónde acudiría si necesitara ayuda en su matrimonio?
Puesto que Jesús dice que es la voluntad de Dios que los matrimonios permanezcan casados, ¿de quién es la voluntad de que las parejas se separen y divorcien?
¿Es posible que en tiempos de tensión los cónyuges se ataquen mutuamente debido al trabajo cegador del diablo, en lugar de acudir al Señor en busca de ayuda?
¿Cómo afecta la oración y su vida espiritual la calidad de su matrimonio?
El sexo en el matrimonio
Demos otro vistazo a Génesis 2.24. ¿Qué significa la frase «una sola carne» en este pasaje? ¿Cuán importante es la relación sexual en el matrimonio? En Génesis 1.28, Dios le dio al hombre su primer mandamiento, ¿cuál es?
La Biblia afirma en 2 Corintios 7.2–5 que las parejas casadas no tienen autoridad sobre sus propios cuerpos. Aún más, declara que el cónyuge debe otorgar a su pareja la autoridad sobre su cuerpo. Esto se relaciona directamente a la unión sexual en el matrimonio. El sexo no hace al matrimonio, pero muchos matrimonios se han roto debido al sexo. (Véase la lección 10 para un estudio más amplio al respecto.)
El matrimonio no es necesariamente para todos
Nuestra sociedad tradicionalmente da por sentado que las personas se casarán en el curso de su vida. Sin embargo, la Biblia hace provisión para algunos que nunca se casarán. A menudo esto no es la primera opción del individuo, aun cuando para algunos sí lo es. ¿Qué dice la Biblia respecto a la soltería?
Lea Mateo 19.12. ¿Quiénes son los «eunucos por causa del reino»?
Jesús dijo que estas personas tienen desde el vientre de su madre una cualidad única respecto a su vida. ¿Batallan con su soltería?
Lea 1 Corintios 7.7–9, 25–40. ¿Qué dice el versículo 7 respecto a la soltería?
¿Tiene todo el mundo este don?
En el versículo 9 se da una posible razón para el matrimonio. ¿ Cuál es?
¿Considera que a Dios le sorprende la fuerza del deseo sexual que se halla en las personas?
¿Piensa que este deseo sexual es parte del plan de Dios para motivar a algunas personas a casarse?
Sin duda, el deseo de actividad sexual es inadecuado si es la única razón para el matrimonio. Sin embargo, en la búsqueda de un profundo significado espiritual para sus vidas, algunos pasan por alto las maneras muy naturales que Dios ha puesto a su disposición al considerar el matrimonio.
Cuando mi esposo asesora a parejas comprometidas para casarse, les pregunta si ambos sienten mutuamente una «chispa». Es decir, ¿sienten hormigueo cuando están muy juntos? A veces, ha habido parejas que dicen que no. Estas parejas se aman entre sí, creen que Dios quiere que se casen, pero no sienten mayor atracción sexual mutua, si acaso alguna. A estas parejas siempre les dice lo mismo: «Vuelvan a yerme cuando comience alguna chispa entre los dos». Con eso no quiere decir que las parejas deben participar de actividad sexual premarital, sino más bien que quiere saber que los dos son compatibles espiritual, emocional, intelectual y físicamente. Necesitan sentir una emoción apasionada mutua. Es una de las señales que confirman una buena pareja para el matrimonio.
Lea 1 Corintios 7.25–40 de nuevo. ¿Qué sugiere Pablo a las personas solteras en este pasaje?
¿Afirma Pablo en el versículo 28 que es malo casarse?
El versículo 34 sugiere que las personas solteras pueden servir al Señor más completamente. ¿Qué piensa respecto a esto en su vida?
¿Cree que es el plan del Señor que la mayoría de la gente se quede soltera o que se case? ¿Por qué?
Si una persona se queda soltera toda su vida, ¿la ve Dios como una persona completa o incompleta? (Véase el v. 40.)
Es la voluntad de Dios que todas las personas sean felices, realizadas y fructíferas en su Reino. Si cree que Dios tiene para usted un cónyuge en matrimonio, ore y viva en santidad con la expectación de la respuesta a esa oración. Mientras tanto, viva para Jesús; sírvale con todo su corazón; sea una persona agradecida y gozosa. Y sepa que el Salmo 37.3–5 es la respuesta que Dios le da:
(CONTINÚA)