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Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, y confía en Él; y É:l hará.
«Pero pensé que resolvería mi problema…» Estas son palabras que parten el corazón y que pastores, consejeros, amigos y familiares han oído innumerables veces. Se suponía que el divorcio sería la respuesta para el asunto crítico de una relación rota entre dos cónyuges que se «dejaron de querer» y que enfrentaban «diferencias irreconciliables». Pero la realidad es que después del divorcio las cuestiones personales que rompieron el matrimonio todavía residen en cada cónyuge. El divorcio tal vez ofrezca alivio a un cónyuge, pero no sirve de nada en cuanto a tratar con las necesidades personales que el individuo se lleva consigo después del hecho.
¿Qué dice Dios respecto al divorcio entre los de su pueblo? ¿Cómo influyen las realidades de un mundo corrompido por el pecado sobre la posición de la iglesia en el asunto de la familia y del divorcio? Casi siempre la iglesia ha tratado estas cuestiones complejas mediante un rechazo legalista de la idea del divorcio y de los divorciados, o con una indiferencia casual a lo sagrado del matrimonio y en una «gracia barata» que sanciona el pecado y sus resultados mortales en las familias.
Lea Malaquías 2.10–17.
¿Cuál fue el «pacto de los padres», v. 16?
El interés de Dios por la estabilidad de la unidad familiar en Israel se caracterizaba por pautas específicas dadas en Deuteronomio 7.1–4 para la selección de un cónyuge. ¿Qué le preocupa a Dios en ese pasaje?
¿Cómo se relaciona 2 Corintios 6.14 al asunto de seleccionar un cónyuge de acuerdo al apóstol Pablo?
Lea Esdras 9–10.
Compare los pasajes de Esdras y Malaquías. Note las similitudes y diferencias significativas.
El pacto matrimonial es algo muy importante para el Espíritu de Dios, quien insta a los creyentes a buscar otro creyente como pareja para así asegurar la santidad del matrimonio. El Señor también exige la fidelidad y un trato justo en el seno del matrimonio. Dios repudia las actitudes intransigentes y crueles que destruyen este sagrado pacto y dan lugar al divorcio.
Obedece a Dios; contrae matrimonio solamente en el Señor y ante el Señor. Sé amoroso y fiel con tu pareja. No consideres el divorcio como una respuesta satisfactoria ante cualquier problema marital. Confía en Dios para recobrar la esperanza en un matrimonio en el que no parece haber esperanza. Permanece siempre dispuesto a aprender de nuevo lo que es el amor, la comprensión y el perdón.
Malaquías 2 continúa con palabras fuertes respecto al divorcio. ¿Por qué Dios dice en el versículo 16 que «aborrece el divorcio»?
¿Quién «ha atestiguado» los problemas domésticos de las parejas casadas, v. 14?
¿Quién santifica la unión entre los esposos, haciéndolos uno, v. 15?
¿Qué «busca» Dios en una unión matrimonial y qué impacto hace el divorcio sobre este deseo? (v. 15)?
La sabiduría convencional de la comunidad sicológica declara que las parejas no deberían sacrificar su felicidad individual por seguir juntos a causa de los hijos. Suponen que los que no son felices con sus cónyuges en el matrimonio serán padres ineficaces. ¿Cree que esto es cierto? Sí o no, ¿por qué?
¿Cuáles dos palabras usa Dios en el versículo 16 para describir el acto del divorcio?
Malaquías escribe en el versículo 14 respecto al «pacto» del matrimonio. ¿Dónde comienza en la Escritura el concepto del pacto matrimonial? (Véanse Gn 1.26–28; 2.18–24.)
El versículo 15 implica que el Señor se ve como un participante activo en este pacto por igual. Describa cuál comprende usted que es el lugar del Señor en un matrimonio y cómo el divorcio puede violar nuestro pacto matrimonial ante Él.
Busque Jeremías 11.10, 11. Describa lo que el profeta dice respecto a cómo ve Dios la ruptura del pacto.
Cuando dos personas se casan, Dios está presente como testigo de esa ceremonia, sellándola con la palabra más fuerte: pacto. Un «pacto» nos habla de fidelidad y de un compromiso duradero. Es como si Dios se convirtiera en centinela del matrimonio, para bendición o juicio.
El divorcio se describe aquí como un acto de violencia. El iniciar un divorcio violenta las intenciones divinas para con el matrimonio y el cónyuge al cual uno se ha unido.
Pero, cuando una mujer y su marido viven de acuerdo con los votos matrimoniales, todo el poder del guarda divino del pacto les sustenta en su vida marital. ¡Qué confianza tenemos al saber que Dios apoya nuestro matrimonio! Su poder y autoridad enfrentan a todo enemigo que pueda amenazar violentamente al matrimonio, ya desde dentro o desde fuera.
Malaquías declara que el divorcio provoca consecuencias importantes en nuestra relación con Dios. ¿Cuáles son? (Véase Mal 2.13, 17.)
Puesto que Dios está tan vivamente interesado en el éxito de los matrimonios y en la bendición de su pueblo, ¿cuáles podrían ser las alternativas para el divorcio entre personas cuya relación matrimonial está en extremo tensa?
¿Piensa que todas las sugerencias que acaba de mencionar están acordes con las normas que Dios ha fijado para nosotros?
¿Cómo afectaría a cualquiera de esas acciones el hecho de que Dios respalda el pacto matrimonial?
Jesús y la cuestión del divorcioEl tema del divorcio y el pueblo de Dios era candente durante los días del ministerio de Jesús. Algunas escuelas rabínicas aplicaban liberalmente las enseñanzas del Antiguo Testamento sobre el divorcio. «Los conservadores de la escuela de Shammai sostenían que el adulterio era el único motivo de divorcio; mientras los liberales de la escuela de Hillel era partidarios del divorcio por cualquier causa, aun por disgusto personal».
Como resultado de esas actitudes hacia la familia, el divorcio llegó a estar cada vez más de moda en Israel durante el tiempo de Jesús. Lea Mateo 19.3–10. ¿Quién le preguntó a Jesús sobre el divorcio en el versículo 3?
¿Qué motivó la pregunta según lo describe Mateo en el versículo 3?
¿Piensa que el que preguntaba buscaba sinceramente la opinión de Jesús sobre el divorcio? Sí o no, ¿por qué?
En el versículo 6 Jesús da tres profundas afirmaciones concernientes a la institución del matrimonio. ¿Cuáles son?
¿Por qué a Dios le interesa tanto que las parejas casadas sigan juntas?
De acuerdo a lo que comprende de los versículos 3–6, ¿piensa que Jesús aprueba al concepto del divorcio?
¿Por qué dice Jesús, en el versículo 8, que Moisés permitió el divorcio?
[En Mateo 19] Jesús francamente aborda un asunto fundamental: la causa del divorcio es la dureza del corazón. Detrás de cada matrimonio roto hay un corazón endurecido contra Dios, y después endurecido contra el compañero-cónyuge. Desde el principio mismo, la intención de Dios en lo que concierne al matrimonio fue que el matrimonio sea para toda la vida. Teniendo en cuenta esto, los creyentes debieran tener cuidado al escoger el compañero o la compañera para la vida (véase 2 Co 6.14). A pesar de ello, ningún matrimonio está completamente libre de las diferencias y dificultades que pudieran conducir al divorcio, si el esposo y la esposa fueran defraudados en sus inclinaciones naturales.
El diablo exagerará las fallas y las insuficiencias del cónyuge, sembrará sospecha y celos, provocará la autocompasión, insistirá en que mereces algo mejor, y te hará la engañosa promesa de que las cosas serían mejores con alguna otra persona. Pero escucha las palabras de Jesús y recuerda: Dios puede cambiar los corazones y quitar toda su dureza si tan solo nosotros se lo permitimos.
¿Contradijo Jesús a Moisés en su enseñanza sobre el divorcio en Mateo 19.8, 9?
Lea Levítico 20.10. ¿Por qué era tan severo en el Antiguo Testamento el castigo por el adulterio?
¿Cómo respondió Jesús en Juan 8.1–12 a la mujer que fue sorprendida en adulterio?
Puesto que la mujer fue «sorprendida en adulterio», ¿por qué no trajeron también al hombre ante Jesús?
¿Qué quiso decir Jesús con la frase: «mas al principio no fue así» en Mateo 19.8?
En el versículo 10 los discípulos expresan una respuesta interesante a las palabras de Jesús respecto al divorcio. ¿Podría ser que las actitudes cínicas y mundanales hacia el matrimonio que encontramos en nuestro mundo de hoy fueran comunes también en los días de Jesús?
¿Qué efecto tienen estas actitudes cínicas sobre la institución del matrimonio en nuestra cultura actual?
¿Hasta qué grado ha impactado la influencia de la perspectiva mundana del matrimonio y la familia a los creyentes en la iglesia de hoy?
El profeta Oseas habla sobre el divorcio
Dios ilustró su compromiso con la Israel infiel en la vida y ministerio de este profeta. «Oseas, cuyo nombre significa "salvación" o "liberación", fue escogido por Dios para dar testimonio vivo de su mensaje ante su pueblo casándose con una mujer que le sería infiel». Los primeros tres capítulos del libro ofrecen una perspectiva de la gracia de Dios en medio de circunstancias al parecer imposibles.
Lea Oseas 1–3. ¿Cuál es el pecado de Gomer en Oseas 2.2?
¿Qué hace Dios en 2.6 intentando detener la infidelidad de Israel?
¿ Es esta una buena estrategia para cualquier cónyuge en situación similar? Sí o no, ¿por qué?
¿Qué motivó a Israel para volver al Señor en 2.7?
¿Cuáles son las condiciones en 2.9–13 para volver a una relación con el Señor?
A Dios no le interesa castigar a Israel. El Señor desea reestablecer una relación. ¿Cómo se demuestra esto en 2.14–16?
¿Qué instrucciones le da Dios a Oseas en 3.1 en relación a su esposa?
¿ Qué condiciones impone Oseas a Gomer para su regreso en 3.3?
Este cuadro sinóptico muestra el compromiso de Dios con Israel al describirlo en términos de un matrimonio en problemas.
LA APOSTASÍA DE ISRAEL Y EL MATRIMONIO DE OSEAS (3.1)
El estado de las relaciones entre Dios e Israel en las profecías de Jeremías y Ezequiel, así como a través del vínculo entre Oseas y Gomer.
ESTADO
|
PROFETAS DE
ISRAEL
|
MATRIMONIO
DE OSEAS
|
Desposorio |
Jeremias 2:2 |
Oseas 1:2 |
Relacion Matri-
monial
|
Ezequiel 16:8-4 |
Oseas 1:3 |
Adulterio |
Jeremías 5:7; Ezequiel 16:15-34
|
Oseas 3:1 |
Separación |
Jeremías 3:8-10; Ezequiel 16:35-52 |
Oseas 3:3-4 |
Restauración |
Ezequiel 16:53-63 |
Oseas 3:3-5 |
El apóstol Pablo habla sobre el divorcio
¿Qué dice el apóstol Pablo en el versículo 10 respecto a la separación como una respuesta a los problemas conyugales?
De acuerdo al versículo 11, ¿cuáles son las dos alternativas que tiene una persona que se ha separado ex profeso de su cónyuge?
¿Qué instrucciones dan los versículos 10 y 13 a las esposas?
¿Requiere Dios más de los creyentes que de los incrédulos en una relación matrimonial?
¿Mencione algunas de las razones por las que esto es cierto?
En el versículo 14 el cónyuge creyente tiene un impacto radical en la situación de los hijos. ¿Cuál es?
¿Qué se precisa del cónyuge creyente en el caso de que un cónyuge incrédulo lo abandone?
Aun cuando Dios no pide que el cónyuge abandonado espere el regreso del cónyuge descarriado e incrédulo, muchos oran y esperan el regreso sólo para ver realizarse el milagro de 1 Corintios 7.16 ó 1 Pedro 3.1. La salvación de aquel cónyuge y la reconciliación en el matrimonio depende del amor incesante y la fidelidad que Dios pone en el corazón del cónyuge rechazado.
Tal desprendimiento es posible sólo en la medida en que la persona se apropia día tras día de la fuerza del Espíritu Santo que le insta a avanzar en la batalla de la fe. Sin embargo, hay límites que Dios ha ordenado para tal búsqueda del cónyuge descarriado. Deuteronomio 24.4 afirma con claridad que cuando un cónyuge se ha casado con otra persona, Dios deja de respaldar la idea de reconciliación con el cónyuge original. La nueva unidad matrimonial, independientemente de su historia, debe mantenerse. El arrepentimiento y el perdón deben hallarse dentro del contexto de la gracia redentora de Dios y dentro de la nueva relación.
La cuestión del divorcio y «abandono» según se enseña en 1 Corintios 7.10–16 ofrece pautas claras para el creyente: no divorciarse. Sin embargo, las circunstancias de algunos matrimonios colocan al cónyuge en posiciones serias y a veces incluso peligrosas, en donde la violencia y el maltrato son parte del hogar. Las palabras del apóstol Pablo no quieren decir que el creyente debe aceptar un trato brutal, abusador ni inmoral. La Biblia enseña que «en la multitud de consejeros hay seguridad». Busque el consejo de su pastor y ancianos de su iglesia para ayudarle si se halla en tal situación.
¿Qué tal en cuanto a volver a casarse?
¿Qué dice Romanos 7.2 respecto al privilegio de volver a casarse?
¿Qué, según Pablo en 1 Corintios 7.25–27, prefiere el Señor para los que no están casados?
¿Qué Pablo usa la frase «estás libre de mujer» en 1 Corintios 7.27?
¿Quién es la persona «libre» en 1 Corintios 7.27?
¿Podría la persona libre relacionarse al versículo 15?
¿Qué enseña el apóstol Pablo en 1 Corintios 7.28 respecto al matrimonio?
¿Cómo se relaciona esto a 1 Corintios 7.15, 27?
Las palabras de Jesús en Mateo 19.9 son muy especificas: prohíbe un nuevo matrimonio. ¿A quién se refiere Jesús en este versículo?
¿Está Jesús, en este pasaje, prohibiéndole al cónyuge que ha sido defraudado el privilegio de volver a casarse?
Muchos han experimentado la culpa y la vergüenza de la infidelidad y/o el divorcio. Incluso, si usted ha sido el responsable del rompimiento del pacto matrimonial, hay perdón en Jesucristo. En la Biblia hay un solo pecado imperdonable y no tiene nada que ver con algún pecado sexual ni fracaso matrimonial. Si está en tal condición ahora mismo, ¿qué debería hacer?
Buscar el perdón del Señor (1 Jn 1.9).
Si se ha separado de su cónyuge, 1 Corintios 7.11 es la respuesta.
Si su cónyuge le ha violado, Efesios 4.32 abre la puerta a su futuro.
Históricamente, muchos segmentos de la iglesia han prohibido que los divorciados vuelvan a casarse. ¿Qué dice 1 Corintios 7.15 respecto al cónyuge abandonado? Lea 1 Corintios 7.10–16. ¿Tiene el apóstol Pablo regulaciones diferentes para hombres y mujeres respecto al divorcio?