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Estudios Biblicos: LA FUNCION DE LA FAMILIA
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De: simplementeGrace  (Mensaje original) Enviado: 11/06/2009 00:07

LA FUNCION DE LA FAMILIA

El papel del esposo

No mucho después de casados fuimos a pasar la tarde con la familia de mi esposo. Ambos estudiábamos todavía en la universidad, llevando curso completo, y trabajando también en un empleo regular, ¡y toda una tarde era un montón de tiempo precioso! Después que pasaron varias horas, le dije a mi esposo que quería irme a casa. El, por supuesto, quería quedarse. Uno de mis nuevos cuñados, con toda la sabiduría que le asistía en sus catorce años de edad, dijo: «Tú eres el jefe. Simplemente dile que se quedan. Ella tiene que hacer lo que tú le dices».

¡Felizmente mi esposo es mucho más diplomático que eso! Pero, por desgracia, lo que mi cuñado expresó es lo que muchos consideran que es el papel del esposo: el jefe. Pero el deber del esposo se extiende mucho, mucho más: amante, proveedor, servidor y protector espiritual.

Dios creó el matrimonio como modelo de las relaciones que El quiere establecer con su pueblo. El marido debe honrar y comprender a la esposa, protegiéndola y reconociendo que ella es coheredera junto a él ante Dios.

Esposo, sé amable y tierno con tu esposa. Hónrale como a tu mejor amigo. Escúchala y pasa tiempo con ella. Quiérela y hazla sentir sumamente importante. Reconoce que de no hacerlo impedirá tu vida de oración y obstruirá sus respuestas.

Lea las siguientes porciones bíblicas y anote los diferentes papeles y responsabilidades del esposo que se mencionan.

Génesis 2.24 (Véanse también Mt 10.7; Pr 8.)

Proverbios 5.18

1 Corintios 7.3, 4

1 Corintios 7.11

Efesios 5.23–29

Colosenses 3.19

1 Timoteo 5.8

Tito 2.6–8 (Hay toda una lista aquí, dirigida a los «jóvenes» no a los esposos en especifico. Sin embargo, «las mujeres» en el versículo 4 eran ya esposas, de modo que podemos dar por sentado que los jóvenes eran esposos.) Defina para usted mismo lo que significan cada uno de esos aspectos y cómo se deben poner en práctica en nuestra cultura hoy.

1 Pedro 3.7

Lea de nuevo la lista que acaba de hacer. ¿Cómo la está cumpliendo? Anote los aspectos en los cuales están actuando bien en la actualidad. Luego anote las áreas que necesita mejorar.

El cristiano presta servicios a otros como una manera de servir al Señor. En estos versículos, esa verdad se aplica específicamente a la relación entre esposo y esposa. El papel que Dios asigna al marido es el de cuidar y proteger a su esposa. Asimismo, desde una posición diferente, ella debe servir a su esposo.

Estos papeles no los seleccionan los cónyuges, tampoco los asignan de acuerdo a la cultura en la cual viven, sino que son dispuestos por Dios como un medio a través del cual se manifiesta la vida de Cristo en la tierra. En este contexto es que la palabra sumisión adquiere su pleno significado bíblico para la vida familiar: el marido y la esposa, ambos por igual, están sometidos a Dios para la realización de las funciones que Él les ha asignado. En el servicio que se prestan el uno al otro, el marido y la esposa sirven y honran a Cristo. La palabra «someteos» (griego, hupotasso) está formada de hupo

En Isaías 54.5 Dios se revela mediante el título de marido para mostrar cuán profundamente ama a su pueblo y cómo cuida efectivamente de él. Al hacer esto, pone al descubierto una dimensión importante de la vida familiar, especialmente en lo que respecta a los esposos: un marido debe amar y cuidar a su esposa e hijos. Dios es protector y proveedor. Los maridos que se someten a la dirección divina encontrarán tanto la inspiración como el poder para lograr esos objetivos, ya que esos atributos divinos fluirán y llenarán sus vidas.

Aun cuando el esposo es la cabeza del hogar y la responsabilidad final por las decisiones descansa en él, su autoridad fluye de: 1) su sumisión al Padre, y 2) su corazón de siervo hacia su familia.

El amor tiene espíritu de servicio. La mentalidad del mundo jamás entenderá ni aceptará este llamado. Un siervo es el que acepta y reconoce que está subordinado a quienes sirve, uno que está dispuesto a renunciar al prestigio social de nuestra escala humana de valores. Pero Jesús dice que quienes aceptan servirle —o sea, servir al mundo en su nombre— serán honrados por el Padre celestial. 1Cada verdadero servidor será, finalmente, honrado por aquel a quien sirve y a quien le ha prometido honra por ese servicio!

¡Si nosotros seguimos y servimos a nuestro Rey, en ese acto de servicio somos elevados a un lugar de honor!

Lea el relato de la sanidad que Jesús efectuó en el siervo del centurión (Mt 8.5–13),

¿De dónde procedía la autoridad del centurión?

¿De dónde procedía la autoridad de Jesús?

¿En qué forma es similar la autoridad del esposo?

El asunto total de la sumisión y la autoridad en el hogar ha sido motivo de mucha discusión, controversia y abuso. Al analizar este tema, sin embargo, debemos tener varios puntos en mente:

Primero, la intención original de Dios para la familia, según se ve en la primera pareja, fue que rigieran la tierra como socios totales: eran una carne y todo lo compartían mutuamente en toda manera

Segundo, la autoridad del esposo no debe convertirse en excusa para que la esposa abandone sus responsabilidades

¿Cómo es la situación de autoridad en su hogar? ¿Siente usted, como esposo, que sus decisiones se respetan y cumplen?

¿Está su esposa creciendo continuamente en sus propias capacidades de autoridad conjunta con usted? La autoridad de su esposa fluye de la suya, así como la suya fluye de la autoridad de Dios. ¿Está dándole libertad para niveles más altos de ministerio al responder ella al llamado de Dios para su vida? ¿Responden sus hijos respetuosa y obedientemente a su autoridad en el hogar?

Si no están honrando su autoridad en su hogar, tal vez no está ejerciéndola con una actitud de corazón de siervo. Lea Juan 13.1–17. Note cómo Jesús, aun cuando es el Salvador y el Señor, se inclinó para lavar los pies de aquellos que guiaba. ¿Qué le dice esto respecto a cómo debe usted guiar?

 Cuando Jesús tomó la toalla y el lebrillo para lavar los pies a sus discípulos, no sólo asumió el humilde papel del siervo, sino que evidenció seguridad sicológica, esencial en un líder. El estilo de vida y las lecciones de Jesús establecen el modelo para una nueva clase de líder: el siervo-líder (Mt 20.26–28). El siervo-líder cumple sus funciones seguro de sí mismo, esto es, sabiendo lo que Dios le ha confiado, y descansando en la confianza de que la mano de Dios ordena su destino personal (véase esto en y. 3, en torno a Jesús). El líder piadoso es aquel que se agacha para ayudar a otros, que considera a los demás por encima de sí mismo (Flp 2.3, 4), que pone su vida por otros (Jn 10.11), que busca servir antes de ser servido (Lc 22.27). Mientras una persona no esté dispuesta a lavar los pies a otros, no está calificada para ser un líder del Reino.

Efesios tiene mucho que decir sobre el desarrollo de relaciones piadosas. Este es uno de los principales temas del NT. Nuestras relaciones con los demás deben ser de amor, confianza, desinterés y solicitud del uno por el otro. Dicho con otras palabras, Efesios exhorta a que nos relacionemos con los demás como Jesús se relaciona con el Padre y con nosotros. Mantén una actitud desinteresada y solícita en tus relaciones familiares. Comprende que esto pondrá en evidencia que Cristo reina en tu hogar.

Observe los siguientes ejemplos de parejas en la Escritura. Algunos de ellos son positivos, otros negativos. Al leer respecto a cada pareja, anote lo que el esposo hizo bien o mal para contribuir al liderazgo y al ambiente familiar.

Acab y Jezabel: 1 Reyes 16.30–22.40

Abigail y Nabal: 1 Samuel 25.2–42

Adán y Eva: Génesis 2.15–3.21

Abraham y Sara: Génesis 12.10–20; 16.1–18.15; 20.1–21.12

Jacob y Lea/Raquel: Génesis 29.1–30.24

Salomón y su esposa: Cantar de los cantares

Ester y Asuero: Libro de Ester

Ananías y Safira: Hechos 5.1–11

María y José: Mateo 1.18–2.23; Lucas 2.1–52

¿Hay algún ejemplo aquí que refleje cómo se relaciona usted con su familia? ¿Hay uno negativo o uno positivo?

¿Cómo se relacionó esta persona al Señor en su hogar? ¿Cómo se relaciona usted con el Señor en su hogar? ¿Se parecen?

¿Serían estas sugerencias buenas para que usted las aplique en su vida familiar?

Una palabra respecto a las relaciones sexuales

 

Privar el sexo puede, por supuesto, ser acción de cualquiera de los cónyuges. Pero venga de quien venga, por favor sepa esto: no es bíblico. Primera de Corintios 7 dice claramente que nuestros cuerpos no son nuestros. Cuando nos casamos, nuestros cuerpos llegan a ser propiedad de nuestro cónyuge.

Las parejas cristianas deben superar el egoísmo sexual y no negarse el uno al otro. Existen tres requerimientos para interrumpir la actividad sexual en el matrimonio: consentimiento mutuo; hacerlo durante un tiempo limitado; motivos espirituales, no egoístas.

Escriba 1 Corintios 7.2–5 para tener un cuadro claro de su responsabilidad sexual hacia su cónyuge según la Biblia.

¿Por qué es tan importante la relación sexual en el matrimonio?

Las siguientes preguntas deben contestarse sólo entre usted y el Señor:

¿Usan, usted o su cónyuge, excusas para evitar la relación sexual? ¿Por qué?

¿Evita la relación sexual por alguna de las razones mencionadas arriba: temor, ira, falta de perdón hacia su cónyuge, pornografía, masturbación, adulterio?

Si es así, ¿qué cree que Dios le está llamando a hacer?

¿Les ayudaría a usted y a su cónyuge asesoramiento profesional para resolver esta situación?

¿Cómo podría el Señor llamarle a ser un líder en este aspecto de su matrimonio?

 

Es más que un acto de apareamiento biológico. La Biblia lo llama un «misterio», un privilegio por medio del cual dos personas, un hombre y una mujer, vienen a ser una sola (Ef 5.32; véase Gn 2.24). Se abusa del privilegio cuando el hombre y la mujer no están casados y tienen contacto sexual (véanse 1 Co 5.1; 6.16); entonces, algo que según el propósito de Dios debe traernos bendición, se convierte en causa de juicio (véase Ef 5.5).

El matrimonio es el único lugar que Dios ha provisto para que ocurra la unión sexual. En este marco, el acto sexual viene a ser un símbolo poderoso del amor entre Cristo y la Iglesia, un compartir puro de gozo y delicia entre ambos cónyuges, un verdadero regalo recibido de la mano de Dios. Fuera de estos límites, llega a ser algo virtualmente destructivo.

 

El coito es una expresión íntima de afecto entre el esposo y la esposa. El apóstol subraya la importancia del matrimonio al declarar que el acto sexual es, a decir verdad, un deber; el esposo debe estar disponible para su esposa cuando ella se lo pida y, de igual manera, la esposa cuando él se lo pida.
Todos hemos oído las bromas de: «No esta noche, porque me duele la cabeza». Sin embargo, a través de los años, hemos notado al asesorar parejas que la tendencia parece ser que los esposos se lo están diciendo a sus esposas, y no sólo estas a ellos. Este fenómeno puede culparse a: temor, ira o actitud de no perdonar la esposa, pornografía, masturbación y adulterio. Pero se ha convertido en la nueva manera en que los hombres castigan a sus esposas: privándolas del sexo y así excluyéndolas del pacto de ser «una carne» y del compañerismo establecido en el día de la boda.
. En el próximo capítulo analizaremos en detalle el papel de la esposa, pero por ahora digamos sólo esto: una parte del peor abuso del tema de la autoridad procede de las mujeres que deciden echar toda la responsabilidad sobre el esposo y rehúsan usar la sabiduría y capacidades que Dios les dio. Una respuesta correcta a la autoridad tiene que ver con una actitud del corazón y una disposición para servir, no en si puede ir o no al mercado si su esposo no le ha concedido el permiso específico.
. El pecado rompió esa sociedad y en el proceso redentor el Señor estableció al esposo como cabeza de la familia. En Cristo, sin embargo, el Señor quiere llevarnos de regreso a nuestra posición de unión como «coherederos» (1 P 3.7). Así, la autoridad o posición bíblica nunca debe usarse como una excusa para convertirse en cierto tipo de capataz o dictador. Así como Dios encarga al esposo el gobierno de su casa como rey y sacerdote a su Dios (Ap 1.6), desea que la esposa se eleve en el gobierno como una reina junto a su esposo.
(«debajo») y tasso («arreglar de una manera ordenada»). En este contexto, describe a una persona que acepta su lugar bajo el orden constituido por Dios. También nos recuerda que la encomienda de Dios de someterse no está dirigida a solamente a las esposas. En Santiago 4.7 y Efesios 5.21, vemos que la directiva se aplica también a todo creyente, en sus relaciones con otros, y con Dios,



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