TU ROSTRO HABLA POR TI
Sabes, querida mujer? Tengo un dilema en mi hogar. Siempre me gustaron los gatos, por lo tanto hace 12 años que tengo un par de gatos siameses, Yamila y Aaron. Cuando me case mi esposo trajo una nueva adquisicion. Como ya somos de edad un poco avanzada, no esperamos tener hijos pequeños para criar. Asi que no hallo nada mejor que traerme un cachorrito al que llamamos Pancho.
Por supuesto yo, metiche como siempre al tiempo le consegui una parejita para que no este solito y llego a casa Conny. Con el tiempo ellos SI fueron papas y trajeron a su vez ¡cinco! cachorritos, Pirata, Chuñita, Evy, Muñeca y Luly. ¡Gracias a Dios que regalamos todos! menos una: Luly.
Asi que nuestra familia tenia dos gatos y tres perros, aparte de los humanos ( je, je) .
Y mi querido esposo en su generosidad recogio uno mas en la calle al que llamamos Coco. Es el perro de mis sueños, pequeño, peludo , yo digo que es un San Bernardo Blanco en miniatura. Cabe en mi mano, me dijeron la raza, pero no recuerdo. No tengo en cuenta esos detalles, sino el pequeñin que resulto ser en mi vida.
Pero como nunca toda la felicidad es completa, llego la parte triste de la historia. El perro que criamos de pequeño lo ataco y lo hirio. Y tras un interminable andar en veterinarias y etc., etc. el unico remedio es regalarlo a uno de ellos. Y por supuesto mi esposo dijo: a Coco!
Todo intente para ver si volvian a ser amigos como antes, perono hay remedio. Apenas se miraban, parecia que estallaba la rabia entre ellos. Asi que comence a buscarle un hogar a Coco y en eso estoy, tratando de, en nuestro mismo hogar, tenerlos durante dia y noche separados, llevando a uno adentro y a otro afuera, y asi. La verdad ... es agotador... Y esto que te conte me llevo a leer una historia perruna que hoy te quiero compartir, no sin antes pedirte disculpas por no compartirte hoy algo directo a la Palabra Santa, pero si algo que es de nuestro diario vivir. ¿ Si me disculpas? Entonces atiende lo siguiente:
Se dice que hace tiempo, en un pequeño y lejano pueblo, había una casa abandonada. Cierto día, un perrito buscando refugio del sol, logró meterse por un agujero de una de las puertas de dicha casa.
El perrito subió lentamente las viejas escaleras de madera. Al terminar de subirlas se encontró con una puerta semiabierta, lentamente se adentró al cuarto. Para su sorpresa se dió cuenta que dentro de ese cuarto había mil perritos más, observándolo tan fijamente como él los observaba a ellos. El perrito comenzó a mover la cola y a levantar sus orejas poco a poco. Los mil perritos hicieron lo mismo. Posteriormente sonrió y ladró alegremente a uno de ellos. El perrito se quedó sorprendido al ver que los mil perritos también le sonreían y ladraban alegremente con él. Cuando el perrito salió del cuarto se quedó pensando para sí mismo:
¡Qué lugar tan agradable. Voy a venir más seguido a visitarlo!
Tiempo después otro perrito callejero entró al mismo sitio y entró al mismo cuarto. Pero este perrito al ver a los otros mil perritos del cuarto, se sintió amenazado, ya que lo estaban mirando de una manera agresiva. Posteriormente empezó a gruñir, obviamente vió como los mil perritos le gruñían a él. Comenzó a ladrarles ferozmente y los otros mil perritos le ladraron también a él. Cuando este perrito salió del cuarto pensó:
¡Qué lugar tan horrible es este. Nunca más volveré a entrar aquí!
En el frente de dicha casa se encontraba un viejo letrero que decía: "La casa de los mil espejos."
Todos los rostros del mundo son espejos... Decide cuál rostro llevarás por dentro y ése será el que mostrarás. El reflejo de tus gestos y acciones es el que proyectas ante los demás.
"Las cosas más bellas del mundo no se ven ni se tocan, solo se sienten en el corazón."