MATRIMONIO:
La etapa del amor estable: parte III
Una relación satisfactoria
El producto de una relación satisfactoria no es obra de la casualidad sino del trabajo intenso de las personas en una actitud de perdón, de buscar arreglar las cosas, de mejorar el carácter, de ser mejor cónyuge, de llevar un matrimonio cada vez más estable y feliz.
Le invito a que reflexione sobre todos los puntos que hemos tocado en esta edición. Seguro es que le han descrito perfectamente su realidad. Pero esta realidad no es la que va a permanecer.
La realidad siempre se puede cambiar cuando sabemos dónde estamos parados y queremos que las cosas sean diferentes. Solamente las personas que ya se han conformado a lo que están viviendo, son aquellos que no van a salir adelante.
Puedo decirle que solamente hay dos formas de ver las cosas. La correcta y la incorrecta. La incorrecta es: “no va a haber cambio, las cosas así van a ser, para qué trato de cambiar”.
La otra, es una actitud positiva, viendo la necesidad de su esposo o de su esposa. Si cree usted que su esposo le ha ofendido de muchas maneras, la única forma de acercamiento es el perdón y hablar las cosas con verdad.
Si usted está en esa actitud de perdonar y hablar, seguro es, habrá un cambio.
Una actitud de lucha
Quisiera terminar con otra anécdota, de una cuestión irreal pero que nos hace pensar.
Dicen que había dos ranas que habían caído en dos recipientes de leche. Una de ellas, la que tenía la actitud negativa comenzó a esforzarse un poco, tratando de librar la vida, pero al ver que el recipiente era demasiado resbaloso lo intentó una vez y se resbaló para caer otra vez en la leche.
Otra vez volvió a intentarlo y hasta una tercera quizá, y simplemente dijo: “aquí no hay cambio y se ahogó”.
La otra que tenía la actitud positiva sabía una cosa: había una única manera de salir de ahí y era esforzándose, poner todas sus fuerzas hasta morir, de tal manera que comenzó a moverse intensamente.
Parecía que no lograba absolutamente nada, pero nunca se dejó vencer ni abatir. Siguió moviéndose, hasta que de esa leche se formó mantequilla y pudo salir del recipiente.
Una anécdota irreal, pero de aquí podemos tomar muchas cosas: cuando tenemos una actitud positiva en la vida, cuando vemos la relación matrimonial estancada no piense que ahí quedó su matrimonio.
Si usted tiene una actitud correcta no importa cuántas veces fracase. El fracaso no es cuando usted falle en algo, el fracaso es cuando la persona se vence y deja de luchar. Eso es un fracasado.
Si usted pelea, en el buen sentido de la palabra, lucha continuamente por su familia una y otra vez, y no se cansa en ello, le puedo asegurar que usted encontrará esa pequeña luz para transformar su relación matrimonial, para poderle dar nueva vida, para evitar la rutina, para ayudar a sus adolescentes.
No es imposible