MATRIMONIO:

La etapa del amor estable- parte II

 

Tus hijos son un reflejo de tu matrimonio

 

Cuando papá y mamá son uno en autoridad, son uno en esa paciencia, esto trae como consecuencia que los jóvenes estén en un estado de maduración, de paz y de tranquilidad.

 

Desafortunadamente hay muchas parejas que no han sabido lidiar con los problemas de los adolescentes y a veces piensan que el adolescente es la causal de todos los conflictos del matrimonio.

 

En esas circunstancias llega el momento en que se hacen alianzas: los hijos con el padre en contra de la madre, o los hijos con la madre en contra del padre, lo cual es completamente incorrecto.

 

La verdad es que los adolescentes son un reflejo del matrimonio. Cuando el matrimonio está fracasando, cuando el matrimonio está en esta etapa de solamente sobrellevar las cosas, de igual manera que se van a sobrellevar las cosas con los adolescentes.

 

Cuántos padres en lugar de enfrentar a los hijos cuando algo hay incorrecto prefieren mejor dar el permiso, prefieren mejor evadir la responsabilidad de educar a sus hijos como debe de ser, o de enfrentar las cosas como deben de ser.

 

Esta etapa de la adolescencia es muy difícil si la actitud de los padres es solamente sobrellevar las cosas.

 

 La etapa de los sueños perdidos

 

A todo esto se añaden otros factores personales, que pueden afectar muy sutilmente la relación matrimonial, causando fuertes daños y heridas.

 

Por ejemplo, a esta tercera etapa también los psicólogos le han llamado “la etapa de los sueños perdidos”, ¿por qué razón? Porque los sueños que una persona tuvo en su juventud probablemente no se han logrado.

 

La verdad es que la gran mayoría de las personas no logra y mucho menos excede los sueños que tuvo en un principio, o que se propuso desde su juventud.

 

La persona en este momento quizás estará ya entrando en los años 40 y en una etapa en la cual la persona piensa: “ya no puedo trabajar como antes”, “no logré lo que tanto anhelé en la vida”.

 

Este es un factor por el cual la persona comienza a frustrarse porque no logró obtener los sueños que se propuso desde un principio. Ahora ve que ya no es tan fuerte, que no tiene el dinero que tanto anheló, o que simple y sencillamente no ha logrado lo que otros han logrado.

 

Esta etapa de los sueños perdidos viene a ser un factor de presión en la etapa del matrimonio en la cual las cosas únicamente “se están sobrellevando”, ya que vienen muchas frustraciones.

 

 Aferrados a la juventud

 

Otro factor puede afectar esta etapa: el deterioro de la salud, que comienza a los 40 años. Comienzan los achaques, los problemas de salud y en este sentido las personas deben tener la claridad de que la madurez es correcta y que aún se pueden hacer muchas cosas.

 

Siempre me pregunté por qué las personas mayores prefieren parejas jóvenes. Cuando yo fui adolescente siempre me pregunté esto. Veía personas ancianas ir en sus carros con mujeres muy jóvenes.

 

Ahora que soy una persona adulta sigo viendo lo mismo, lo veo en personas importantes, lo veo en personas ricas, en diferentes estratos de la sociedad, personas mayores con personas jóvenes.

 

La respuesta es obvia y sencilla. Cuando una persona se aferra con todas sus fuerzas a la juventud que ya pasó, una evidencia de que ya está envejeciendo es precisamente eso: tener un compañero, una amante o una amiga joven, porque eso le hace sentir más joven.

 

Es triste ver este tipo de situaciones pero es cuando la persona se da cuenta que ya no es el joven de antes.

 

A los varones se les comienza a caer el cabello, comienzan a preocuparse por eso; las mujeres también se preocupan por la vejez y comienzan a comprarse sus cremas, a hacer ejercicio.

 

Pero desafortunadamente cuando las personas no asimilan el hecho de que están entrando en una etapa madura, comienza una lucha interminable con tal de seguir pareciendo o imaginar que están en la etapa de la juventud.

 

 La rutina mata

 

Psicólogos y consejeros familiares han coincidido en que lo peor de esta etapa es algo que se llama “rutina”. La rutina desbarata y va matando poco a poco la relación matrimonial.

 

Si ya hay una rutina en la relación con tu esposo o con tu esposa, si ya hay una rutina en la cuestión conyugal, si ya hay una rutina en las labores cotidianas, si ya hay una rutina en todo lo que tiene que ver, en la relación de tu pareja, seguramente eso ya no tiene nada de atractivo.

 

Para ello es importante entender que si estás atravesando por una etapa como esta, tengas una esperanza. Si no tienes una esperanza probablemente eres como ese barco que se va hundiendo lentamente.

 

En un laboratorio hicieron un experimento, que consistía en medir la resistencia de los animales en situaciones adversas. Para ello escogieron dos ratas, a una de ellas la pusieron en un tambo, un recipiente enorme a la mitad de agua.

 

El experimento consistía en cerrar el recipiente de tal manera que quedara en completa oscuridad. Obviamente había suficiente aire para respirar, los científicos estaban observando el comportamiento de este animal en la penumbra: cuánto era su resistencia o su lucha por sobrevivir.

 

Entonces comenzaron a hacer sus anotaciones, hasta que el animalito murió, tomaron otra rata, en el mismo recipiente y con las mismas condiciones, pero había una diferencia, en la tapa de este había un pequeño orificio que dejaba pasar una pequeña cantidad de luz. Comenzaron a medir la resistencia del animal hasta que finalmente murió; los resultados fueron impresionantes.

 

¿Quién cree que tuvo el mayor tiempo de vida? Obviamente fue la rata que tenía un pequeño orificio que le permitía ver un rayo de luz. La rata que estaba en penumbra, después de unas horas se dejó vencer y murió, y la rata que tenía un pequeño rayo de luz vivió varios días luchando por sobrevivir hasta que finalmente murió, producto del agotamiento de sus fuerzas.

 

Creo que aquí hay una enseñanza bastante grande: cuando no tenemos esperanza nos dejamos morir.

 

Pero si hay esa pequeña luz que le permita a usted entender que hay una esperanza, usted va a luchar hasta el último momento por salvaguardar, por sacar adelante y tener un matrimonio fructífero, estable y feliz, usted va a luchar por romper la rutina y todos los factores que están golpeando esta etapa en su matrimonio.

 

 ¿Ya no tiene sabor el matrimonio?

 

¿Tiene usted esperanza de un cambio? ¿O simple y sencillamente usted se acopló a la circunstancia, está viviendo un divorcio? ¿Cree usted que las cosas ya no tienen sabor en su matrimonio?

 

¿Ahora usted comienza a comparar a su esposa quizás con otras mujeres jóvenes o comienza usted a comparar a su esposo con personas más responsables, y comienza usted a decir “si mi esposo hubiera sido así”?

 

Si usted está viviendo en esa penumbra, le aseguro algo, usted no va a luchar por su matrimonio, ya no va a luchar por sacar adelante a su familia, como muchas parejas también dirá: “voy sobrellevando las cosas”.

 

Recuerde que eso de “sobrellevar” es: las cosas van muriendo lentamente. Matrimonio y familia son circunstancias en las cuales estamos muy felices y dichosos, es donde tenemos la mayor de todas las cosas: el afecto familiar.

 

En la familia y en el matrimonio encontramos el amor práctico, el amor verdadero, donde tenemos también una forma de sacar todas nuestras frustraciones porque hay alguien que nos quiere y que nos entiende, que se preocupa por nosotros, que nos cuida, que nos interesamos mutuamente.

 

La verdad es que si usted ha pensado que no hay esperanza, yo le aseguro algo: muchas parejas han salido de esta etapa. No en sobrellevar las cosas sino en algo más allá, en una etapa de florecimiento, de romanticismo también, de satisfacción, de felicidad.

 

Si usted tiene una esperanza, seguro es, va a luchar por todo esto. Si usted comienza a puntualizar cada una de las características de esta etapa, usted va a luchar contra cada una de ellas y saldrá venciendo.

 

 continuara///