EN EL FUEGO DE LA PRUEBA
"Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores,Cristo murió por nosotros". Romanos 5:8
¡Muchas veces nos cuesta llegar a convencernos de que somos objeto del amor de Dios!, no sólo cuando estamos viviendo en medio de la abundancia, cuando no nos falta nada, cuando tenemos salud, cuando hemos logrado tener una cierta posición económica, cuando nuestro hogar está equilibrado, los hijos han sido bien educados y cada uno de ellos tiene un buen trabajo o una profesión.
Sino que, como dice San Pablo, el amor y el cuidado de Dios también se manifiestan cuando estamos en medio de las grandes pruebas y dificultades, sabiendo que Él no nos dará más de lo que podemos llevar.
San Pedro, el discípulo sobresaliente de Jesús, decía: "Amados, no os sorprendáis del fuego de la prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese ... sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría" (1 Pedro 4:12).
Esta gran filosofía lleva en sí el poder de hacer que las circunstancias se dobleguen ante nosotros, en vez de ser nosotros los que nos dobleguemos ante ellas.
El Padre nos ama y quiere bendecirnos, y en medio de las pruebas hay una lección que aprender, la cual nos llevará a apreciar mucho más las bendiciones.
San Pablo afirmó que nada lo podía apartar del amor de Dios, porque ese amor une, ata. El amor ensambla y nos hace sentir en unidad.
Cuando Él vino a revelar el mensaje del Reino del Padre, la multitud eligió a un ladrón, a un criminal, en vez de salvar al Hijo de Dios. Pero estaba escrito que Él debía entregar Su vida para redimirnos. Y nuestra actitud debe ser de gozo, de alegría, para que también en la revelación de Su gloria nos gocemos en gran manera.
Jesús vino para revelarnos el amor del Padre, para que podamos llegar a tener verdadero gozo. ¡Decídase a gozarse a pesar de las circunstancias adversas!. ¡No se doblegue!, y con gozo y alegría permita que esas circunstancias se dobleguen ante su vida, porque el poder y la presencia de Dios están en su mente y corazón!
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