COMO TRATAR CON LAS OFENSAS
Las Ofensas de gente desconocida las puedes soportar, pero la de los íntimos, te atrapan, ya que el que te conoce íntimamente te puede herir íntimamente.
¿Puedes repetir conmigo? Este es el día que el Señor ha Creado, me gozare en El, este es el día en que las bendiciones de Dios me sorprenderán, hoy me preparo para recibir cosas buenas de Dios. Hecho está
Lucas 17: 1 Luego dijo Jesús a sus discípulos: Los tropiezos son inevitables, pero ¡ay de aquel que los ocasiona!
Ahora, tu podrías decir: ¡A mi me han ofendido de una manera cruel! Jamás pensé que eso me iba a ocurrir, pero, es imposible que eso no te ocurra, ¿quién lo dijo? El Señor, así que en el momento que te ofendieron no te ocurrió nada que el Señor no haya predicho.
La raíz de la palabra ofensa o tropiezo viene de: “escandalizo”, que da origen a la palabra escándalo, además escandalizo también era una parte de una trampa donde se ponía la carnada.
¿Sabes que permanecer resentido por una ofensa es una de las grandes trampas del diablo? Cuando tu aceptas estar ofendido, has caído en la trampa, o sea que ha funcionado la carnada, y te voy a explicar por qué.
Una trampa, para ser efectiva necesita dos componentes
Número 1: La trampa tiene que estar escondida, porque si tu la ves, obviamente no te dirigirías a ella,
Número 2: Una trampa necesita también una carnada. Siempre hay comida gratis en la punta de un anzuelo. Si una trampa tiene una buena carnada y además esta bien escondida, eso la constituye en una buena trampa.
De eso es precisamente de lo que quiero hablarte, de cómo millones de personas han caído en la trampa de estar ofendidos. ¿Estas ofendido? ¿Estas molesto? ¿No has perdonado? ¿Estas maquinando tu venganza? Si estas en esas circunstancias, entonces has caído en la trampa.
Y debes saber que esa trampa te rompe, y mutila tu alma, y lo más sorprendente es que no te das cuenta que realmente fuiste entrampado, por lo tanto no puedes hacer un diagnostico correcto de tu situación, ya que no puedes resolver aquello cuya existencia no reconoces.
No Puedes Evitar que Vengan las Ofensas
Consideremos el caso de David:
Salmo 55: 12-14 “...12 Porque no me afrentó un enemigo, Lo cual habría soportado; Ni se alzó contra mí el que me aborrecía, Porque me hubiera ocultado de él; 13 Sino tú, hombre, al parecer íntimo mío, Mi guía, y mi familiar; 14Que juntos comunicábamos dulcemente los secretos, Y andábamos en amistad en la casa de Dios.
Ahora bien ¿quién te ofendió? Acaso el que servía junto contigo al Señor, el que era parte de tu discipulado, el que ayudaste cuando estaba sin trabajo, eran tan amigos que se contaban los secretos, hasta le abriste tu casa. ¿Puedes entender entonces a David? El dijo: si hubiera sido un enemigo no me hubiese dolido. Por ejemplo: Piensa en alguien desconocido, tu vas en tu auto y alguien te grita “estúpido“seguramente no le darías ninguna importancia, porque no le conoces, pero David dice: fuiste tú compañero, con el cual andábamos en amistad en la casa de Dios.
Jesús lo dice con insistencia: “No podemos impedir que vengan las ofensas”
Las Ofensas de gente desconocida las puedes soportar, pero la de los íntimos, te atrapan, ya que el que te conoce íntimamente te puede herir íntimamente. Puede revelar secretos que tú le confiaste, debido a que tuvo acceso a tu intimidad, y eso te puede provocar un dolor letal.
Ese dolor letal bloquea tu creatividad, cancela la unción del Espíritu como el mayor poder operativo que reside en ti, por eso, estar ofendido es un lujo demasiado caro que no podrás pagar. Tenlo en cuenta. Que Dios te bendiga,