Hoy, recuerdo una enseñanza que escuché sobre lo importante que es "BENDECIR", hablar bien, de nuestros semejantes y cuanto mas importante aun de nuestros esposos.
Me habian compartido que habia una mujer en una iglesia que habia decidido nunca hablar negativamente de su esposo y era un poco el centro de las otras hermanas para ver si ella cumplia con esa promesa. Por lo tanto todas estaban mas que pendientes siempre de lo que hablaba. Y sin saberlo, esa misma atencion, quizas buscando que ella fallara en su promesa, fue cambiando las actitudes de muchas hermanas de la iglesia, hasta el punto que NINGUNA se atrevia presentar quejas contra de sus esposos para no dar que hablar.
¡Cuantas veces es necesario una hermana asi de firme en sus convicciones, en su fidelidad a su compromiso de matrimonio, en una congregacion que sea el puntal para otras mujeres que aun estan debiles en esa area, ya sea por haber sido muy dañadas, por no haber podido todavia perdonar de corazon las ofensas, o porque nos cuesta comprender las imperfecciones de nuestros esposos.
Y aunque amo a mi esposo verdaderamente y pienso que el es un hijo de Dios, hoy sé que él no es perfecto, tampoco lo soy yo, pero ambos, juntos, aferrados a la mano del Testigo Fiel, luchamos por llegar a la excelencia. Aunque muchas veces nuestro camino se vuelve cuesta arriba.
Por eso cuando escuché este mensaje hace un tiempo, comence a desafiarme a mi misma, comence a buscar esas señales que me hicieran diferente de aquellas mujeres que siempre estaban quejandose por algo, con la desconfianza y amargura causada por un corazon critico y unos labios quejumbrosos. Y ... yo habia decidido no ser mas asi. Porque confieso que en una epoca de mi vida matrimonial, si tenia un corazon dañado, muchas quejas por doquier de mi esposo, y una desconfianza que me convertia en una mujer amargada, aunque yo trataba de disimularlo muy bien, olvidando que podia engañar a cualquiera, menos al ser mas importante, al que me creó y me formó y me conocia desde antes de haber sido gestada en el vientre de mi madre: a DIOS!.
Pues ahora te pregunto ¿has pensado alguna vez como te sentirías si escucharas a tu esposo hablando mal de ti o ventilando todos tus defectos?
No me averguenza compartir esto con uds., mis queridas amigas, porque quiero que entiendan lo valioso que es para nuestro Amado Hacedor, que aprendamos a a valorar y a respetar al hombre que El nos ha dado por esposo, no importando si ese hombre lo merezca o no, sino importandonos lo que Dios quiere de nosotras como esposas. Demostrando sumision por encima de todo a Su voluntad y creyendo en Sus promesas para nuestro matrimonio.
Cuando comence a aplicar esa enseñanza en mi vida, fue cuando comence a ver los frutos en mi matrimonio, Dios me fue enseñando, guiando, llevando a un mayor autocontrol de mi lengua primero y luego llegó a mis pensamientos. Me hizo entender que cuando mejor hablaba de él, tambien mejor pensaba sobre él y comencé a ver las virtudes que si tenía. He comprobado que alabar a mi esposo entre mis amigas, ayuda a que mi amor por el crezca, a sentirme orgullosa de él y eso es siempre algo bueno.
He llegado a entender que nuestra union es un lazo mas fuerte que cualquier lazo que yo pueda tener con cualquier otra persona. Hay cosas de ambos que solamente nosotros las conocemos, costumbres, situaciones que nos tocan vivir, decisiones que tomamos, pensamientos sobre algunas cosas que nos cuentan,etc. Solo somos nosotros dos quienes la hablamos. Nadie mas. Y ello me hizo llegar a la conclusion de que "Lo nuestro es sagrado". Y que más sagrado que un matrimonio?
¿A quien mas puedo confiarle mis cosas sino a mi esposo, que es mi misma carne, que somos uno solo? Si hay algun problema entre los dos, ahi puedo confiar plenamente mi corazon a Dios, que es lo que Su Palabra nos enseña. Y tambien a veces puedo recurrir a hermanas de mi iglesia que me aman tanto a mi como a mi esposo y puedo ver el fruto de bendicion en su matrimonio y con certeza me pueden llegar a decir si soy yo la equivocada o la que esta mal. Me pueden llegar a dar un consejo guiado por Dios y son las unicas con las que puedo compartir nuestros problemas, orar y saber que se resolvera.
Hace un tiempo, yo tome esa decision, nunca mas hablar mal de mi esposo. No importa si yo pienso que tengo la razon o no, no importa lo que mis ojos vieran o mis oidos escucharan. Yo tome la decision de solamente creerle a Dios. Te cuento, amiga querida, que no fue nada facil para mi, y menos decirte que esto sucedio en corto tiempo. No, aún estoy trabajando en ello. Pero tambien comence a ver los frutos, y lo mas importante, los buenos frutos!.
Por eso hoy quiero desafiarte a que te conviertas en esa clase de esposa. Comienza a marcar la diferencia alli donde te encuentras, en tu iglesia, en tu trabajo, entre tus amistades. Tambien al igual que yo comenzaras a ver los frutos en tu matrimonio y por tu obediencia, no al hombre, sino a Dios, tu matrimonio cambiará para mejor, y serás ejemplo para muchas otras mujeres.
Hace un tiempo yo he decidido ser ese ejemplo de Dios para que el lazo entre mi esposo y yo sea mas fuerte día a día pero también para que el mundo vea la diferencia y para que Dios sea glorificado.
"Amado Dios por favor ayúdame a controlar mi lengua. Necesito tu ayuda para alabar a mi esposo en lugar de criticarlo o quejarme. En tiempos de crisis, recuérdame venir a ti primeramente. Trae mujeres de Dios a mi vida que se unan conmigo en este esfuerzo para que podamos animarnos entre nosotras. En el nombre de Jesús. Amen!"