La mirada
He conocido tus ojos
sin mirada.
Los había visto
siempre con ella
y era un amanecer de luz
sobre las cosas.
Como la flor: resumen
de raíz que la nutre
surgía, maduraba
-presencia inmaterial-
permanecía y expandía
su terciopelo imponderable
vibrando en constelada iridiscencia.
Nada era igual
sino la repetida sensación
de estar junto al amor
rodeando la hermosura,
refracción envolvente
nacida en hontanares misteriosos.
La mirada es acaso
la incógnita mayor
reflejo de vida indescifrable
que se derrama en la creación.
Cuando penetra
no con ojo y visión
hecha mirada sola
todo el ser es encuentro
y entrega.
Dos miradas, por eso,
fundan en el amor
un nacimiento en la unidad.
Un día
la mirada de amor
se me apagó en los ojos de mi amada
y se perdió en caminos de infinitos.
No regresó.
Tras ella se marchó la vida.
¿Dónde estabas, amor
cuando no estabas
rodeándome con tu mirar enamorado?
Te fuiste ausente
hundiendo tu mirada
en el silencio de tu amor
insuperable.
Autor: Mario Briglia
De su libro: "Canto de Amor en dos tiempos"