El amor
La vida nos ofrece, mi amor, un imposible
que hemos de perseguir entre las sombras y las luces
del camino.
Esta mañana, apenas encontrados, descubríamos
que el mundo sólo vale por lo que desconocemos
por cuanto existe más allá de nuestras manos
por lo que habremos de obtener después
cuando madure
la tierra en que han caído sangre y sueños.
Nuestra presencia está regida por mil signos
nada sabemos del ayer envuelto en sombras
y si creemos descubrir el vínculo de todos los misterios
estalla en nuestras manos la pompa iluminada
y apenas si nos queda la vida
para mirar los ojos del asombro.
Y nuestro amor, amor, es otro signo.
Cada minuto que se vive lo descubre y lo amortaja
lo acuna y vela, lo bautiza y llora
porque no es más que un misterioso pasajero
siguiendo el rumbo que le traza una invisible estrella.
Por eso apasionada y exacta nuestra marcha en la tarde
con la presencia de una noche definitiva y alta
hacia la que tendemos en verdad.
Porque es la noche el sitio que buscamos
mientras creemos en la luz
en tanto lo posible y conocido nos reclama.
La vida es nuestra causa y nos ofrece
un imposible por el cual rompemos nuestros ojos
abrimos nuestras venas e ilusiones
vamos sembrando, sangre y sueños, un porvenir nocturno.
Hacia un dormir y despertar, amor, vamos subiendo.
Esta mañana y esta tarde han sido nuestras
nuestro su acontecer descubridor
pero tenemos por delante nuevas formas de la vida.
Hacia ellas vamos persiguiendo lo imposible
vamos tras nuestro signo, amor
y lo obtendremos al final dormido en una rosa del camino.
Autor: Mario Briglia
De su libro: "Sin llanto ni sueño".
Webset Copyright © LindaSombrita 2008. Derechos Reservados.
|