Plegaria a María
Madre Amada, Reina del Cielo y de la Tierra, aTi elevo esta Plegaria para darte infinitas gracias, para suplicarte, para decirte todo cuanto hay en mi corazón.
Madre Querida, sé que Tú estás atenta a nuestras necesidades ahora y siempre. Hoy deseo dialogar contigo como lo hace un hijo con su madre.
Aunque no pueda verte ni tocarte pongo toda mi Fe y mi Esperanza en Ti. Tú, Madre de todos los hombres, sé el auxilio en estas súplicas por las cuales yo te imploro y Tú ya conoces bien. Madre, no dejes que mi fe se apague y se consuma.
Que cada día sea más grande el amor a Ti y a Jesús.
Tantas veces soy débil y flaqueo, sé que Tú estarás a mi lado para llenarme de valor y de fuerza. Tú que siempre has podido decir sí, que yo también lo pueda, Madre, estoy ante Ti como un niño pequeño e indefenso.
Óyeme e intercede para que salve mi alma y al final de mis días llevado de Tu Mano pueda llegar a la morada eterna donde nada ni nadie nos podrá separar.
Amén
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