He asistido a la escuela para aprender,
pero hay muchas cosas que sé por intuición,
sin que nadie me las enseñara.
Las sé porque soy una con Dios,
una con la sabiduría del universo.
La sabiduría y el amor divinos son hebras de oro
que me entretejen con el prójimo.
Todos somos uno con Dios.
Como creaciones Suyas, estamos divinamente
vinculados: somos uno con el amor
y la sabiduría divinos, uno con los demás.
Compartimos una unidad de propósito
que teje un vínculo entre nosotros
y nos insta a ascender cada vez más,
siempre adelante en nuestro viaje por la vida.
Por eso hoy y todos los días dejo que Dios
ame a través de mí. Al hacerlo fortalezco
mi lazo con mi familia mundial y echo
un firme cimiento que no puede ser destruido.
El amor y la sabiduría divinos son las hebras
de oro que nos entretejen unos con otros.
Compartiò Graciela Baquerizo