MADRID (Para LA NACION).- Andrés Martínez Ricci se acomoda los anteojos sobre su nariz con el extremo de su dedo índice, y no duda en preguntar y preguntarse: '¿Crisis.... qué crisis?' La frase, esta vez, no pertenece a ningún político en funciones, sino a un joven ilustrador porteño que eligió mudarse a Madrid a principios de 2009. 'No veo que aquí la gente viva en una mala situación en general, en especial si la comparamos con lo que se ve a diario en cualquier barrio de Buenos Aires. Aquí, en España, la gente que tiene pocos recursos o vive del seguro de desempleo puede acceder a comida y ropa que pueden ser baratas', comenta.
La visión de Martínez Ricci es compartida por Melina Bursuk, su compatriota que, a pesar de la inquietante tasa de desempleo actual, el mes pasado consiguió trabajo en una productora local. 'No estuve aquí en la época de bonanza de la que todos hablan y lamentan haber perdido, pero ni me quiero imaginar lo bien que habrán estado entonces. Esto lo digo porque no dejo de ver bares y restaurantes llenos, además de que en los shoppings y comercios casi tenía que pelearme con la gente por poder comprar algo', dice.
Por su parte, el ilustrador coincide con los argentinos consultados acerca del 'notable contraste' del humor social palpable de uno y otro lado del Atlántico. 'Dicen que aquí están en crisis, y que la Argentina logró evitarla el año que pasó. Sin embargo, el nerviosismo y la agresividad son mucho más comunes en Buenos Aires hoy por hoy y, más allá de las dificultades que sí existen aquí en Madrid en el mercado laboral, no se percibe tanta desesperación por conservar un trabajo', señala, sin dudar en calificar incluso de 'deseable' el bienestar alcanzado por los españoles en las últimas décadas. 'La crisis de ellos es un paraíso para nosotros. Acá no hay villas tan grandes, ni paco, ni colectivos que no pasan de noche. Están muy lejos de caer al nivel al que lo hicimos nosotros'.
En la misma línea, otro argentino, el árbitro juvenil de fútbol Diego Pereyra de Lucena, considera que la Argentina 'vive en una crisis continua' a la que él también se había acostumbrado antes de mudarse a Madrid. 'Hace rato que aquí hablan de las dificultades de la economía. Están con mucho miedo y hasta desconcertados, porque no sabían hasta hace poco lo que significaba perder un empleo y tener dificultades para conseguir otro.... algo que, por el contrario, es tolerado y aceptado por los argentinos', afirma.
El árbitro también observa que 'no se ve en la calle, al menos por ahora' a la gente que ha sufrido la pérdida de su empleo, un fenómeno que los analistas explican en el buen nivel de ingresos del seguro de desempleo.
Para Melina Zandrino Stang, una cocinera cordobesa que vive en Barcelona hace más de cinco años, los problemas de España tienen 'el mismo origen' que los de la Argentina. 'Muchos de los políticos españoles, especialmente los que han ganado posiciones de poder, son ineptos y corruptos. Pero en la Argentina nos hemos llevado la peor parte, y por eso nuestras crisis siempre son más profundas' opina.
En tanto, para la arquitecta mendocina Lucila Guarrochena, la crisis española va a tener un final, aunque no se arriesga a precisar una fecha. 'Estoy segura de que va a terminar, por una cuestión puramente contextual. Como alguien me dijo alguna vez: «España es exactamente igual a la Argentina, con la única diferencia de que se encuentra en Europa». Y no me parece un argumento menor.'