La psicopatía es incorregible
La política no está libre de personas con
trastornos mentales, tal como demuestra
en múltiples diversidades en la historia
universal de la humanidad. Uno de los
más grandes psicópatas de la historia
humana fue Adolf Hitler ; debemos tener
presente que un psicópata en consciente
de sus actos, no siente emociones de
lo realizado, es calculador y capaz
intelectualmente, se expresa mediante
la violencia, tiene una conducta anti social,
carece de escrúpulos, se mimetiza en
el medio que le rodea, y utiliza a los
demás para sus deseos.
Psicópata o personalidad psicópata;
los psicópatas no pueden empatizar ni
sentir remordimientos, por eso interactúan
con las demás personas como si fuesen
cualquier otro objeto, las utilizan para
conseguir sus objetivos, la satisfacción
de sus propios intereses.
No necesariamente tienen que causar
algún mal, pero si hacen algo en
beneficio de alguien o de alguna causa
aparentemente altruista es sólo por egoísmo,
para su único y exclusivo beneficio.
La falta de remordimientos radica en la
cosificación que hace el psicópata del otro,
es decir que el quitarle al otro los atributos
de persona para valorarlo como cosa
es uno de los pilares de la
estructura psicopática.
Los sicópatas tienden a crear códigos
propios de comportamiento por lo cual
sólo sienten culpa al infringir sus propios
reglamentos y no los códigos comunes.
Sin embargo, estas personas sí tienen
nociones sobre la mayoría de los usos
sociales por lo que su comportamiento
es adaptativo y pasa inadvertido para la
mayoría de las personas.
Además los psicópatas tiene como
característica el tener necesidades
especiales y formas atípicas de satisfacerlas,
que en general implican cierta ritualización.
El acto psicopático hacia el otro se
configura mediante la necesidad del
psicópata y su código propio, que desde
su punto de vista lo exime del
displacer interno.
Otra nota común es la sobrevaloración
de su persona, lo que los lleva a una cierta
megalomanía y a una hipervaloración
de su capacidad de conseguir ciertas
cosas y la empatía utilitaria, que consiste
en una habilidad para captar la necesidad
del otro y utilizar esta información para
su propio beneficio, lo que constituye
una mirada en el interior del otro para
saber sus debilidades y obrar sobre ellas
para manipular.
Ciertos autores de la corriente psicoanalítica
suponen que la razón por la cual una persona
psicópata es una persona perversa es
porque se trata de sujetos cuya personalidad
depende en gran medida de mantener
el principio de realidad, pero careciendo
de superyó. Esto hace que la persona
psicópata pueda cometer acciones
criminales u otros actos cuestionables con
total falta de escrúpulos, sin sentir culpa.
Una personalidad psicopática no se
restringe al asesino en serie, tal y como
sugiere el estereotipo más extendido
en nuestra sociedad acerca del psicópata.
Un psicópata puede ser una persona
simpática y de expresiones sensatas que,
sin embargo, no duda en cometer un delito
cuando le conviene y, como se ha explicado,
lo hace sin sentir remordimientos por ello.
La mayor parte de los psicópatas no
cometen delitos, pero no dudan en mentir,
manipular, engañar y hacer daño para
conseguir sus objetivos, sin sentir por ello
remordimiento alguno.
Es importante saber que la psicopatía
es incorregible, aunque se pueden utilizar
fármacos anti psicóticos para reducir su
impulsividad y rehabilitación conductual con
una alta disciplina, pero las terapias de
rehabilitación habituales no sólo son
ineficaces, sino peligrosas.
Dada su incapacidad para empatizar,
y que la empatización hacia sus víctimas
es el pilar principal de todo proceso de
rehabilitación social por el que pasan los
delincuentes, la rehabilitación de los
psicópatas se está basando en el
egoísmo del propio sujeto, fomentando
una conducta que le reporte beneficios
y evite penas.
El trastorno psicopático produce una
conducta anormalmente agresiva y
gravemente irresponsable, que según el
doctor Hervey Cleckley determinan una
serie de características clínicas, descriptas
en su libro The Mask of Sanity:
An Attempt to Clarify Some Issues
About the So-Called Psychopathic
Personality, que incluyen:
-Encanto superficial e inteligencia
-Ausencia de delirios u otros signos
de pensamiento no racional
-Ausencia de nerviosismo o manifestaciones
psiconeuróticas
-Escasa fiabilidad
-Falsedad o falta de sinceridad
-Falta de remordimiento y vergüenza
-Conducta antisocial sin un motivo que
la justifique
-Juicio deficiente y dificultad para aprender
de la experiencia
-Egocentrismo patológico e incapacidad
para amar
-Pobreza generalizada en las principales
relaciones afectivas
-Pérdida específica de intuición
-Insensibilidad en las relaciones
interpersonales generales
-Conducta extravagante y desagradable
bajo los efectos del alcohol y, a veces,
sin él
-Amenazas de suicidio raramente
consumadas
-Vida sexual impersonal, frívola y
poco estable
-Incapacidad para seguir cualquier
plan de vida
La seducción es la base que permite
el acto sicopático y se produce mediante
una transferencia bidireccional donde
la propuesta del sicópata encuentra eco
en las apetencias del otro, dado que
una característica fundamental de la
personalidad psicopática es la habilidad
para captar las necesidades del otro.
Este mecanismo se articula cuando el
psicópata convence al otro de que él le
es infinitamente necesario para suplir
necesidades irracionales que éste no
puede detallar.
En la seducción el psicópata necesita
que el otro esté de acuerdo, para lo cual
usa la persuasión y el encanto, por lo que
es bidireccional, hay un consentimiento
por parte de la otra persona, a diferencia de
lo que ocurre en las relaciones tangenciales
donde el psicópata actúa
unidireccionalmente mediante
la violencia, que constituye una agresión
desde una posición de poder.
El tema de la sicopatía estuvo presente
en la historia desde la Antigüedad,
aunque la conceptualización es más
reciente, pero ya en Babilonia parece
la preocupación por las personalidades
anormales, que se separan conductualmente
del resto pero no que cabían en las categorías
de cuerdo o loco.
En 1809 el francés Philippe Pinel describió
el concepto de 'Locura sin delirio' para
designar un patrón de conducta
caracterizado por la falta de remordimientos
y la ausencia completa de restricciones.
Pinel describió a pacientes que realizaban
actos arriesgados e impulsivos, a pesar de
ser racionales y de conversar intactas
sus habilidades cognitivas.
En 1835 J.C. Pritchard define la 'locura moral'
una forma de perturbación mental en que
no parece haber una lesión
en funcionamiento intelectual y cuya
patología se manifiesta en el ámbito de
los sentimientos, el temperamento o
los hábitos.
Este psiquiatra inglés explica que en casos
de esta naturaleza los principios morales
o activos de la mente están extrañamente
pervertidos o dañados, no hay un poder
de autogobierno y el individuo es incapaz
de conducirse con decencia y propiedad
en los diferentes aspectos de la vida.
VidaPositiva.com
Cristina.-
|