Admite tus Faltas.
Una simple historia que trata
sobre la humildad…
Por Dra. Esther Medina
Un hombre que tenía un grave problema
de miopía se consideraba un experto en
evaluación de arte. Un día visitó un museo
con algunos amigos. Se le olvidaron los lentes
en su casa y no podía ver los cuadros con
claridad, pero eso no lo detuvo de ventilar
sus fuertes opiniones.
Tan pronto entraron a la galería, comenzó a
criticar las diferentes pinturas.
Al detenerse ante lo que pensaba era un
retrato de cuerpo entero, empezó a criticarlo.
Con aire de superioridad dijo: 'El marco es
completamente inadecuado para el cuadro.
El hombre está vestido en una forma muy
ordinaria y andrajosa. En realidad, el artista
cometió un error imperdonable al
seleccionar un sujeto tan vulgar y sucio
para su retrato. Es una falta de respeto'.
El hombre siguió su parloteo sin parar hasta
que su esposa logró llegar hasta él entre
la multitud y lo apartó discretamente para
decirle en voz baja: 'Querido, - estás
mirando un espejo!!!'.
Muchas veces nuestras propias faltas,
las cuales tardamos en reconocer y
admitir, parecen muy grandes cuando
las vemos en los demás.
Debemos mirarnos en el espejo más
a menudo, observar bien para detectarlas,
y tener el valor moral de corregirlas;
es más fácil negarlas que reconocerlas.
Por eso es necesario hacer a un lado el
orgullo pues solo con humildad podremos
ver nuestros defectos y corregirlos.
El que encubre sus faltas no prosperará,
más el que las admite con humildad
alcanzará misericordia y
crecerá como persona.
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