Paula Pradines tenía 18 cuando en
su Junín natal
recibió de manos de su hermano el
primer libro
de logosofía. No sabía bien de qué
se trataba, pero
hubo algo que la llevó a leer. Hasta
ese momento la
muchacha tenía una visión pesimista de
la realidad,
pensaba que el mundo era muy injusto
y eso le
generaba una enorme rebeldía.
'Sentía que el mal
triunfaba siempre sobre el bien.
Por este motivo
me volví atea, había decidido no tener
hijos e iba a
dedicar mi vida a ir a África a
salvar gente.'
Pero Paula no llegó a viajar.
Aquel libro que llegó a sus manos la haría
cambiar de planes. Optó por ayudar
a alguien
que tenía más a mano: ella misma.
Pronto se trasladó a Buenos Aires
para estudiar
medicina y a los pocos meses tomó contacto
con la Fundación Logosófica. Así, Paula se
convirtió en una estudiante de logosofía,
doctrina ético filosófica creada por
el pensador
argentino Carlos Bernardo
González Pecotche
(también conocido como Raumsol) que
tiene como principal objetivo la
evolución consciente
del hombre, mediante la organización
de sus sistemas mental, sensible
e instintivo.
Para la logosofía ha llegado la hora
de que el hombre resuelva su propia
incógnita,
penetrando en las profundidades de su ser.
Dicen que así descubrirá potencialidades
ignoradas y revelará no pocos misterios.
En su libro Curso de iniciación logosófica,
González Pecotche explica cómo llegar al
autoconocimiento, dice que una de las
bases es practicar lo que él llama la
vida consciente.
'Es necesario que nuestra mente esté atenta.
Para ello es importante que nada escape
al control inmediato de la misma.
Ese control opera cuando nuestra facultad
de pensar no omite esfuerzo por alcanzar
las alturas del saber trascendente, que es
el perfeccionamiento y a la vez la
invulnerabilidad mental, moral y espiritual.”
Paula recuerda sus primeros contactos
con los conocimientos logosóficos:
'Empecé a percibir el mundo de una
manera diferente y a sentir que tenía cosas
para dar. Comprendí que la mejor manera
de generar un mundo mejor era cambiando
uno de manera consciente el propio mundo,
asistido por conocimientos con una potencia
energética muy grande. Que no era como yo
pensaba, que para qué traer hijos a un
mundo injusto; antes creía que las opciones
eran que fueran superficiales y no
se fijaran en el semejante, o sufrieran
como yo'. Al fin Paula se casó y tuvo
dos hijas.
Hoy, con 38 años y recibida de médica, dirige
el Centro de Estudios Logosóficos de
Belgrano
y es miembro del consejo de administración
de la Fundación Logosófica Argentina.
No le cuesta encontrar palabras para hablar
de esta disciplina que la ayudó a encontrarle
sentido a su vida y a canalizar la vocación de
superación y ayuda que, según la logosofía,
tenemos todos los seres humanos.
La Fundación Logosófica es una entidad sin
fines de lucro -en 2010 cumple ochenta años-
que nuclea a los estudiantes de esta
disciplina.
La fuente principal de estudio son los libros
del
propio González Pecotche (1901- 1963),
que creó la primera fundación en 1930.
Además de en la Argentina, la doctrina tuvo
amplia difusión en Brasil y en Uruguay.
Actualmente hay alrededor de 200 mil
estudiantes de logosofía en más de 40 países.
Pese a que muchos argentinos no saben
quién
fue este pensador, hay extranjeros que
estudian
castellano para poder leer logosofía en su
idioma original.
De la fundación dependen institutos
educativos
de enseñanza inicial, primaria y secundaria,
donde los alumnos aprenden lo mismo que
en otras escuelas pero con un énfasis en la
vida interior de los chicos. En el 2008 la
fundación recibió un reconocimiento del
Congreso de la Nación a la trascendencia del
conocimiento y de la pedagogía logosófica
para el porvenir de la humanidad.
¿La logosofía apunta al perfeccionamiento
del ser humano?
A la humanidad siempre se le dijo que debía
superarse pero nunca se le explicó cómo
-dice Pradines-. El ser humano ha triunfado en su
lucha por la supervivencia en el planeta,
y ese triunfo está llegando a un punto máximo
de lo que es el materialismo. De ahí que
después surja tanta insatisfacción porque el
hombre siente que no está solo para eso,
hay otra parte de su misión que se vincula
con el espíritu. La logosofía brinda
herramientas para quien quiera encarar
un proceso de superación de manera
consciente, y además, mientras hace eso
pueda convertirse en un servidor del semejante.
Ayuda a formar seres que son librepensadores.
Los grandes cambios sociales fueron pan
para hoy y hambre para mañana.
La logosofía propone el cambio de la humanidad
a través del individuo, que se modifica a sí
mismo como parte de ese todo que hay que
perfeccionar.
¿Cómo se alcanzan esas metas?
Trabajando sobre uno mismo, siguiendo un proceso,
conociendo las leyes naturales que rigen el Universo
y que regulan las cosas que pasan,
manteniendo el equilibrio y la armonía.
Cuando las cosas que uno quiere no salen,
se piensa en la mala suerte o en que el mundo
está contra uno. Pero no es azaroso lo que
a uno le pasa. Todos los seres humanos vivimos
regidos por esas leyes que tienen origen en un
creador: ley de afecto, de caridad, de herencia,
de analogía, de cambios, de adaptación, de
afinidad, de tiempo, de lógica, de movimiento,
de repetición. Hay determinados mecanismos que
se repiten desde un átomo hasta el Sistema Solar.
Esas leyes también regulan el mundo mental.
¿En qué consiste el método logosófico?
Es complejo de transmitir porque es de su
propio género. Es básicamente experimental;
los conocimientos que se van adquiriendo se
aplican en la propia vida. Se estudia de forma
individual y luego se intercambia con los
semejantes. Diferenciamos la información, que
es cuando lo lees en el libro, del conocimiento,
que es cuando lo practicas en tu vida.
Otra parte del método se basa en la
observación, en este caso el fenómeno natural
es uno mismo, uno va con su propio laboratorio,
observándose. Después se hace un contraste
entre la experiencia y lo que dice
González Pecotche.
Esto se resume en 'experimentar lo que se
estudia y estudiar lo que se experimenta'.
Otra parte del método es la consignación de
los propios pensamientos, el registro histórico
de lo que uno va haciendo.
¿Cómo estudio mi propia vida?
La base del proceso de evolución consciente
es el conocimiento de sí mismo.
El auto-conocimiento tiene un punto de partida
en la exploración de tu mente, el conocimiento
y desarrollo de tus facultades mentales, y de
otro gran sistema que tiene el ser humano que es
el sistema sensible. Empezás estudiando las
causas de lo que te pasa en la vida,
¿dónde están esas causas?
En la propia mente y en los propios sentimientos.
¿Uno aprende a tener control
sobre los pensamientos?
Cuando vas hacia el interior, comenzás a distinguir
qué es realmente producto de tu mente y qué
es producto de los pensamientos que te han
venido de afuera. Por ejemplo, yo pienso
que quiero ser bueno con mis afectos pero voy y
maltrato a alguien. La causa tendría que ver
con que tu mente está poblada de pensamientos
ajenos que son negativos. Uno se estudia a sí
mismo hasta identificar las partes negativas,
para trabajarlas y eliminarlas.
Los estudiantes avanzados dicen que pueden
ver sus pensamientos con la claridad con que
ven una mesa. Un principio importante de la
logosofía es que el pensamiento es una entidad
causal de lo que pasa en la vida. Todo lo
externo nace en un pensamiento.
¿Soy lo que pienso?
Pensar en algo y que se materialice sigue
un proceso regulado por leyes universales.
En la medida que uno conoce esas leyes se
pone a su amparo y deja de infringirlas.
Mucha gente quiere avanzar pero no quiere desatarse
del árbol al que está atada, quiere un mundo mejor
pero sin perfeccionarse. Y es ese propio
perfeccionamiento el que ayuda a mejorar el mundo.
¿Y en lo personal, cuál es el mayor legado
que este aprendizaje le dejó a Pradines?
'El vacío que sentía por no saber para
qué vivía, ni cómo vivir ni cómo alcanzar
los objetivos que me proponía desapareció
por completo.' ¿Quién hubiera dicho que
el regalo de su hermano calaría tan hondo?
'Una de las enseñanzas de la logosofía
que más aprovecha quien la cultiva es
la que se refiere al tiempo, ya que por
medio de ella se aprende a administrarlo
con resultados sorprendentes. Tiempo y
energías pasan a manos de su propio dueño.'
CARLOS BERNARDO GONZÁLEZ
PECOTCHE (RAUMSOL)
CREADOR DE LA LOGOSOFIA
www.logosofia.org.ar