Como sacado de una película de ciencia ficción,
Roger Frisch, de Minnesota, yacía en la mesa de operaciones
mientras sostenía el violín con su barbilla.
Las notas que surgían del instrumento ayudaban a los cirujanos a
estudiar los impulsos nerviosos que emitía su cerebro
para tratar de curar los temblores que Frisch
padecía en su cuerpo.
Durante la operación los doctores buscan el punto adecuado
del cerebro que guía el movimiento de la mano y después de
unos pequeños ajustes el temblor desaparece.
Esta técnica de estimulación profunda del cerebro se usa
para corregir los pequeños temblores y algunos casos
de Parkinson.
El músico fue diagnosticado en 2009 con una enfermedad
que afecta al cerebro y que hace que las secciones que
controlan el movimiento envíen señales anormales.
Esto deriva en temblores corporales que afectan sobre todo
a las manos.
Frisch trató de ocultar estos temblores durante dos años,
pero llegó un momento en que se hicieron demasiado evidentes
durante sus conciertos.
Fuente: RTVE | www.rtve.es
VidaPositiva.com
12/4/2010
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