

OH, AMADO
TÚ que eres ungido
con la gracia y el don
dame tu suavísima mirada
entrégame tus lirios y tus nardos.
Voy en busca de la luz
y hacia ella marcho,
mil granadas abiertas
se me entregan
y sutiles antenas se me ofrecen.
Mas, amado, la luz busco
y en tu mirada
en tu nimbada piel
en tu frente donde crece gozosamente
el Logos,
allí está el camino
y en el sendero que bifurca el rayo
que cayó de la montaña,
encontraré lo tan largamente esperado.
Yo sé que un día de llegar hasta la cima
y sé que contigo es el camino
y es la marcha,
y que juntos
grávidos de revelaciones,
viendo abrirse las tinieblas
la luz vibrará en nuestro espíritu
y uno seremos
cuando el tiempo inmemorial
haya pasado
y la luz del Espíritu sea en nosotros.
Malisa Moretti Canedo
Del libro:"Vigilia Alucinada" In Memoriam
Poemas de la Espera, el LLamado y el Encuentro.



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