OSTEOPOROSIS
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Debido a la gran frecuencia de aparición de la osteoporosis en las sociedades occidentales se la considera como una consecuencia normal del envejecimiento, olvidando que es una enfermedad causada principalmente por el estilo de vida y una dieta inadecuada.
La osteoporosis es un trastorno producido por una disminución de la masa de los huesos. Estos huesos van perdiendo progresivamente masa y densidad, y por lo tanto resistencia, llegando a ser tan frágiles que pueden romperse incluso por traumatismos leves. Hay una pérdida de las fibras de hueso y también de calcio.
Los huesos del niño recién nacido son ricos en una sustancia elástica llamada cartílago, y se encuentran muy poco mineralizados (similar al cartílago de la oreja). A medida que el niño crece, los minerales, y principalmente el calcio y el fósforo, se van poco a poco depositando en el hueso. El calcio es necesario en la formación ósea.
El hueso no es un órgano rígido como aparenta sino que esta lleno de vitalidad. De forma continua y sin descanso, almacena, libera, intercambia y pone en circulación, entre otros importantes minerales, calcio, fósforo, magnesio y otras sustancias.
El calcio que circula en la sangre es necesario, entre otras cosas, para el buen funcionamiento del sistema nervioso y de la coagulación de la sangre.
El hueso se forma poco a poco
La masa de hueso aumenta rápidamente en el bebé, más lentamente en la niñez y de nuevo aumenta mucho con la llegada de la pubertad. La adolescencia es un período importante para aumentar la masa ósea, al menos la mitad de la masa de los huesos del adulto, según Laura Bachrach, se forma entre los 10 y los 20 años. Las chicas forman más hueso entre los 11 y los 14 años y los chicos entre los 13 y los 17. En los períodos de máximo crecimiento se necesita, según algunos autores, un mayor aporte de calcio, pero por el contrario otros autores no han encontrado relación entre la cantidad de calcio ingerido y la cantidad de mineralización del hueso.
A nivel médico convencional no se tiene en cuenta que aunque se ingiera mucha cantidad de calcio no se asimila más que una parte, y aún menos debido a las malas mezclas de alimentos, a no masticarlos e insalivarlos bien y a la fermentación y putrefacción que impide la buena absorción asimilación y depósito de calcio en el hueso. Además no se tiene en cuenta que muchas sustancias tóxicas y ácidas ingeridas se neutralizan con minerales, y especialmente en este caso con el calcio. Más que un aporte de calcio externo es necesario eliminar los tóxicos y sustancias no aconsejables que lo "roban" del cuerpo.
En un estudio de Fehily y col. con 371 jóvenes de 20 a 23 años que habían participado 14 años antes en una prueba en la cual tomaron una cantidad suplementaria de leche durante dos años no se observó ninguna diferencia significativa entre los que recibieron la leche y los que no.
Al terminar el crecimiento, los huesos están totalmente mineralizados. El hueso es un elemento vivo y cómo tal en continuo cambio. Mientras parte de él se está formando, otra parte se esta destruyendo y renovando, y algo del calcio reabsorbido del hueso ayuda a mantener, dentro de unos límites, constante el calcio en la sangre para ser utilizado en otros procesos del organismo.
Su frecuencia va en aumento
La osteoporosis es un problema cada vez mayor. Debido a que en el envejecimiento hay una pérdida de la masa ósea y por lo tanto de la densidad del hueso, y al haber aumentado hoy en día la expectativa de vida, es más también el número de personas mayores con osteoporosis.
Con frecuencia no da síntomas y se detecta cuando se produce la primera fractura. Las fracturas más comunes son las del antebrazo, caderas y vértebras. Las vértebras pueden sufrir también fracturas por compresión.
Afecta principalmente a las personas mayores y especialmente a las mujeres tras la menopausia. Un factor importante en la mujer es el descenso brusco de los niveles de hormonas femeninas (estrógenos y progesterona) que ocurre especialmente tras la menopausia o cuando se extirpan quirúrgicamente los ovarios. La destrucción o reabsorción de los huesos es mayor que su formación o reconstrucción. No hay que olvidar tampoco que el hueso de la mujer es un poco menos denso que el del hombre.
Balance negativo en calcio
El cuerpo absorbe calcio en el intestino delgado y lo elimina por la orina. Un balance negativo de calcio quiere decir que se pierde más calcio en la orina que la cantidad que se absorbe en la digestión. Un balance positivo quiere decir que se absorbe más calcio que el que se expulsa.
Veamos un ejemplo: Si la dieta de una mujer cuenta con 800 mg. de calcio por día y más o menos un cuarto de esta cantidad se absorbe por vía digestiva, quiere decir que alrededor de 200 mg. de calcio entrarán diariamente en su corriente sanguínea. Si ella expulsa 210 mg. de calcio por la orina diariamente, tendrá un balance negativo. Si pierde sólo 190 mg. de calcio diariamente por su orina, tendrá un balance positivo.
Si se pierde más calcio por orina de lo que se absorbe por el intestino aparece una osteoporosis.
Se necesita un nivel equilibrado de calcio en la sangre para un normal funcionamiento metabólico, lo que comprende funciones correctas de los nervios y músculos, de las membranas celulares y de los mecanismos de coagulación de la sangre. Cuando no existe calcio suficiente en la sangre el organismo debe obtener el calcio a partir del esqueleto, que es el principal almacén de este nutriente. El cuerpo no permitirá que la cantidad de calcio en sangre descienda por debajo de un cierto nivel. La continua disminución de las reservas de calcio durante mucho tiempo da como resultado un progresivo desgaste óseo.
Aunque el consumo de calcio sea muy alto, si perdemos o eliminamos de una manera constante más calcio del que absorbemos, nos encontramos con un balance negativo y la osteoporosis aparecerá con el tiempo. De otra forma si tu ingestión de calcio es relativamente baja, pero tu cuerpo es eficiente en su absorción y no lo elimina en exceso, existe entonces un balance positivo y el esqueleto no tendrá problemas de reservas de calcio.
La pérdida ósea debido a la edad ocurre generalmente en poblaciones que consumen bastante calcio. Países cuya población toma mucho calcio, tienen una alta proporción de osteoporosis en el mundo y otros países, en cambio, que consumen menos cantidad de calcio, presentan a menudo tasas bajas de osteoporosis.
La osteoporosis es debida principalmente a la excesiva pérdida de calcio por la orina, y otras veces es causada por una disminución de la absorción en el intestino y depósito en los huesos.
Fracturas, el primer síntoma
El primer síntoma de la osteoporosis que aparece con más frecuencia es el dolor de espalda agudo asociado con fractura de vértebras por compresión torácica o lumbar. A menudo provocado por actividades habituales (estar de pie, doblarse, levantarse) que en condiciones normales no causan fracturas.
El dolor comienza de repente y la mayoría de las personas pueden recordar el momento exacto en el que comenzó. El movimiento de la columna está muy limitado. El dolor aumenta al sentarse, al ponerse de pie, al toser o estornudar y al hacer de vientre. Se puede acompañar de dolor de alguna raíz nerviosa cómo lumbago o ciática al irritar los nervios que salen de la médula espinal.
Durante los intervalos (a menudo de años) entre las fracturas de vértebras por compresión, la mayoría de los afectados permanecen sin síntomas. Aunque una tercera parte de ellos se quejan de dolores crónicos que sólo se alivia con períodos frecuentes de reposo en cama. Estas fracturas provocan una cifosis o chepa progresiva y la estatura de la persona al encorvarse puede perder algunos centímetros.
Al encorvarse se comprimen los pulmones, disminuyendo así la capacidad respiratoria y con ello la resistencia al esfuerzo, favoreciéndose de este modo la aparición de diversos trastornos, ya que no podemos olvidar que la respiración profunda es una fuente de salud.
Aunque el síntoma más común de la osteoporosis es el dolor de espalda debido a fracturas vertebrales por compresión, a veces el primer síntoma puede ser una fractura de fémur (en la unión de este hueso del muslo con la cadera) sufrida tras un pequeño traumatismo o sin traumatismo, o de la muñeca, producida al caer sobre la mano extendida.
Elementos que aceleran la pérdida de hueso
Teniendo en cuenta que una nutrición adecuada desempeña un papel esencial en el desarrollo y mantenimiento del hueso, hay carencias de algunos elementos nutritivos que pueden conducir a la osteoporosis. La poca cantidad de vitamina C (alimentos crudos, frutas y ensaladas) en el cuerpo puede dar lugar a una disminución de la masa ósea (según F. H. Netter).
El alcohol, el café y el tabaco, aceleran la pérdida de masa ósea (libro: "Enfermedades Reumáticas", de la Sociedad Española de Reumatología). El alcoholismo es la causa más común de pérdida ósea en los hombres jóvenes. El alcohol puede disminuir la absorción intestinal de calcio e incluso puede ser directamente tóxico para las células formadoras de hueso. El abuso de alcohol da lugar a pérdida de masa ósea.
Las mujeres fumadoras tienen una menor masa ósea y una mayor tasa de fracturas vertebrales. Su pérdida ósea es mayor tras la menopausia que en las no fumadoras.
Recientemente Johnston CC y col. han relacionado que el fumar duplica el riesgo de fractura de cadera, independientemente de la masa de hueso.
En los hombres, los fumadores de un paquete al día perdieron el doble de masa ósea que los no fumadores durante un período de 16 años (Slemenda y col.).
El consumo de medicamentos es otro factor que induce a la descalcificación de los huesos: la heparina utilizada como anticoagulante a largo plazo, los corticoides (cortisona), el metotrexato (medicamento que se está utilizando en la artritis reumatoide), hormonas tiroideas y los anticonvulsionantes (contra las convulsiones).
Los corticoides frenan la formación de huesos e incrementan su reabsorción. Con ellos disminuye la absorción de calcio en el intestino y aumenta su pérdida por orina. La pérdida ósea que ocurre con los corticoides parece ser mayor entre los 6 - 12 meses de tratamiento.
Otros medicamentos que favorecen la pérdida de calcio por la orina son: los antiácidos que contienen aluminio, los diuréticos y los antibióticos.
El exceso de flúor y aluminio en la dieta, alteran el proceso de mineralización de los huesos (libro: "Enfermedades Reumáticas"). No olvidemos que el flúor se toma para evitar las caries de los dientes y que ingerido en "exceso", según los médicos convencionales, altera la mineralizacion normal de los huesos. Como se ha observado mucha veces, el flúor incrementa la masa ósea, pero la frecuencia de fracturas es significativamente mas alta entre el grupo tratado con flúor que entre los que reciben un placebo (sustancia inerte sin efecto). Esto sugiere que el hueso formado durante la terapia con flúor puede no ser tan fuerte como el normal.
Algunos estudios sugieren incluso que bajas exposiciones al flúor pueden resultar en un incremento de la tasa de fracturas.
Según el autor del extenso libro "Osteoporosis", el Dr. Robert Marcus, que lleva a cabo un profundo estudio de este problema, recoge investigaciones en las que se demuestra que las comunidades que ingieren agua fluorada (1 mg. de flúor por litro de agua) tienen una mayor frecuencia de fracturas de cadera que los que no la utilizan. Comunidades con un alto consumo de flúor (4 - 8 mg. por litro) en su agua sufren una tasa mayor de fracturas aún sin una excesiva pérdida de hueso.
El hipertiroidismo es otra causa de osteoporosis, el exceso de hormona del tiroides aumenta la reabsorción del hueso. El riesgo de osteoporosis se incrementa con el grado y la duración del hipertiroidismo.
Los trastornos gastrointestinales están asociados con problemas óseos, frecuentemente como resultado de una mala absorción (malabsorción) de calcio, vitamina D y otros nutrientes. La extirpación de gran parte del estómago (gastrectomía) se asocia con osteoporosis. Incluso en la forma más conservadora de cirugía (Bilroth I) se asocia a este problema. Del mismo modo los trastornos del intestino delgado dan como resultado una pérdida de masa ósea.
Las enfermedades inflamatorias del intestino delgado tal como la intolerancia al gluten y la enteritis regional, a menudo dan como resultado una mala absorción de vitamina D y minerales (Modern Nutrition).
La cafeína del café también incrementa la pérdida de calcio por la orina por su efecto sobre el riñón (Robert Marcus). Su efecto parece más perjudicial en la mujer mayor (Modern Nutrition, Diet Therapy).
La sal es una sustancia que favorece la pérdida de calcio por la orina. Cuanto mayor es la ingesta de sal, mayor es la pérdida de sodio por la orina (la sal común es cloruro de sodio). Con el aumento de la pérdida de sodio aumenta la pérdida de calcio por la orina.
Según Zarkadas y varios, publicado en el American Journal of Clinical Nutrition y citado en el libro Modern Nutrition in Health and Disease, si añadimos de 3 a 6 gramos de sal a la dieta diaria de una mujer postmenopáusica sana, se movilizan y se pierden de 7,5 al 10% de calcio del esqueleto en 10 años, constituyendo un potencial factor de riesgo de osteoporosis.
Según el Dr. Joel Fuhrman, médico higienista, el ácido fosfórico que se encuentra en algunas bebidas carbonatadas o "refrescos" es particularmente dañino, ya que favorece la eliminación de calcio por orina.
Ejercicio y masa ósea
La masa y densidad de los huesos cambia en respuesta al movimiento, trabajo y ejercicio corporal realizado. Cuando una persona queda inmovilizada durante mucho tiempo por una enfermedad o traumatismo, la densidad del hueso disminuye profunda y rápidamente. Tras 6 meses de inmovilización la masa ósea total puede reducirse en un 30 a un 40% (Netter). En la inactividad hay una mayor pérdida de calcio por la orina.
Una persona parapléjica (parálisis de los dos pies) sufre también de disminución de la densidad ósea de los huesos afectados por dicha parálisis.
Si esto es así, lo contrario inevitablemente es también verdad, el ejercicio o el trabajo con movimientos de fuerza es necesario para proteger de la osteoporosis. Las personas que realizan algún ejercicio tienen una mayor masa de sus huesos que los que no practican ninguno y los astronautas, por ejemplo, en estado de ingravidez (de no peso) pierden hueso cuando se mantienen en el espacio. Esto indica que a mayor actividad y carga hay una mayor masa y resistencia de los huesos.
Los deportistas de élite tienen una mayor masa ósea que las personas que llevan una vida sedentaria. En el laboratorio, los animales tienen más masa ósea cuando se les "carga mecánicamente" el esqueleto, y disminuye rápidamente dicha masa ósea con la inactividad. Una movilidad disminuida acelera la descalcificación mientras que la actividad física enlentece la pérdida de calcio, incluso cuando la actividad no es demasiado intensa (2 horas a la semana de intensa actividad) (Slemenda y col.).
Caminar es una forma efectiva de prevenir la pérdida de hueso, además de ser una buena manera de mantener el tono de los músculos y prevenir las caídas y con ello las fracturas.
En resumen, la inactividad se asocia con pérdida de masa ósea y el ejercicio puede mantener o incrementar la masa ósea.
Ocurre también que con la falta de ejercicio hay una reducción de la fuerza muscular y de la coordinación que probablemente contribuyan a un mayor riesgo de caídas y con ello de fracturas. Pero según estudios recientes el riesgo de fractura por osteoporosis es independiente del traumatismo.
Los tratamientos a base de sedantes y antidepresivos predisponen también a las caídas. Otras causas de caídas en las personas de edad son: la hipotensión (tensión baja de la sangre), vértigos, falta de equilibrio o enfermedades (Parkinson, artritis, enfermedades del corazón).
La mayor descalcificación en la mujer tiene lugar tras la menopausia y luego lentamente la pérdida de calcio disminuye progresivamente. Diversos estudios en mujeres mayores han demostrado que cuanto mayor es su actividad física más lentamente tiene lugar la pérdida de hueso. |
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