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---------Una voz Era como una voz en mi cerebro en tiempos de intención y de presagio. Un día te amaré, sin tú saberlo, sin haberlo esperado. Alguien tal vez te hubiera apercibido, años atrás, al ritmo de mi paso, que tu senda y la mía convergerían en triunfal milagro. Eran tiempos de muros invisibles, tú y yo distantes, a uno y otro lado, y en el fondo tan cerca, en el silencio, en el temor, y el ansia del contacto. ¿Será que no hay amor tan verdadero como el, por imposible, atormentado? La mirada furtiva se delata, la palabra ritual lleva relámpagos, el consabido beso en la mejilla, o el apretón de manos, represan el calor, las intenciones, y cada encuentro es íntimo naufragio. Sigue la voz rodando en mi cerebro… ¿Un día te amaré? ¡Te estoy amando! Tú no lo sabes todavía, es pronto, y qué tarde también…El hortelano que me trabaja el alma estación a estación, año por año, ha perdido cosechas y vendimias, y es baldío mi campo. Pero vendrás, removerás la tierra, replantarás orquídeas y naranjos, y habrá racimos de oro colgando de las vides, y en los álamos volverán a reir las primaveras, no invierno ya sin rosas ni geranios.
La voz me martillea un ritmo nuevo: Ha llegado el futuro, está a tu lado. -------- |
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