Fragmentos de El
loco de Khalil Gibran...
Qué loco eres
tratando de llevarte sobre tus propios hombros!
Deja todo lo que
llevas a cuestas en manos de quien puede cargar con todo, y no mires nunca atrás
con nostalgia.
Se os ha dicho
también que la vida es oscuridad, y en vuestra fatiga os hacéis eco de la voz
del fatigado.
Y yo os digo que la
vida es, en verdad oscuridad cuando no hay impulso.
Y todo impulso es
ciego cuando no hay conocimiento.
Y todo conocimiento
es vano cuando no hay trabajo.
Y todo trabajo es
vacío cuando no hay amor.
Y cuando trabajáis
con amor os unís con vosotros mismos y con los demás y con
Dios.
Khalil
Gibran
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AGOTAR A LAS
PERSONAS - Pensamientos
Una persona
se agota cuando la consideramos un recurso o un espejo. Se agota cuando nos
aferramos, cuando compramos su libertad a cambio de amor. Se agota cuando se
cansa de cargar con nuestras expectativas, cuando se harta de simular para caber
en su rol, cuando ya no puede ser espontánea con nosotros porque está tratando
de acomodarse.
Agotamos a una persona cuando nuestro amor o nuestro odio
es intenso pero mezquino, cuando ese amor o ese odio quiere “todas las
perdices”, no nos contentamos con la única perdiz, la necesaria y la
suficiente.
Agotamos a una persona cuando la tenemos prisionera de un
afecto, cuando especulamos, cuando usamos la lógica del comerciante, cuando
llevamos una libreta donde apuntamos todas sus faltas y luego vamos, como
infames recaudadores, a cobrárselas.
Agotamos a una persona si la
celamos, pero también si la descuidamos.
Agotamos a una persona cuando
nuestro querer está repleto de exigencias, cuando hemos hecho contratos, cuando
estamos llenos de promesas incumplidas y cuando la volvemos a atar a una nueva
promesa.
Agotamos a una persona cuando lo que amamos en el otro es el
amor que nos tiene. Una persona se agota si nosotros, como parte de su historia
personal, le infringimos cautiverio, la arrinconamos a su pasado, no la dejamos
ser por nuestros prejuicios, creemos saber todo de ella y la damos por sentada,
despreciamos sus intentos de cambio.
Un guerrero si ama, no agota a su
amado. Porque trata siempre de tener ojos nuevos para la relación, porque hace
que fluya creativamente, porque hace ofrendas y no exige, ni corrige, ni tolera,
ni simula, ni amenaza. Un guerrero cuando ama se da, pero no da lo que no puede,
lo que es ilegítimo mantener como propio en una relación de poder: su
libertad.
Autor Desconocido
