

En páginas de arena; de azul y de corales,
la niña se deleita; cual flor de primavera,
en campos luminosos; en aguas musicales.
Así el mar delicioso; de cantos y cristales,
cautiva a la princesa; cuál plácida quimera,
cual sol fresco y fragante; cual brisa sin frontera,
así abriga a la niña; de encantos celestiales .
La niña ve las olas; de magia perfumada,
y sueña con estrellas; de esencia azucarada.
Encuentro deleitoso; de luz acuosa y pura,
así es para la niña; la playa nacarada,
hermosa princesita; de vida acrisolada,
presencia primorosa; de límpida lindura.
La niña juega y ríe; con áurea ternura,
dejando lindas huellas; de amor y de alegría,
pintando un paraíso; de albor y de frescura.
La niña // y el mar fresco; encuentro de dulzura,
hermoso cuadro vivo; de miel y melodía,
escrito con belleza; con mágica tintura,
así la niña goza; la plácida armonía.
La niña floreciente; se queda cautivada,
cual grácil princesita; de azul y bello día.
Autor: Joel Fariñez
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