Descubrí que no soy una princesa
de cuento de hadas,
descubrí al ser humano que sencillamente soy,
con sus miserias y sus grandezas.
Descubrí que puedo permitirme
el lujo de no ser perfecta,
de estar llena de defectos,
de tener debilidades, de equivocarme,
de hacer cosas indebidas, de no responder
a las expectativas de los demás.
Y a pesar de ello....
¡quererme mucho