Todo lo que hago durante el día sienta las bases para la paz. Ésta es la respuesta a la pregunta: ¿Cómo puede lo que yo digo o hago influir en las vidas de otros? Cuando percibo que me han ofendido y elijo tomar el camino alto, fomento la armonía. Cuando me abstengo de decir palabras rudas coloco otro escalón en el camino hacia la paz.
Cada pensamiento, palabra y acción pavimenta el camino y contribuye a la salud del mundo. Al pensar en la paz y sentirla, soy paz. Al expresar comprensión, abro el camino para que otros sientan amor en sus vidas. Una persona a la vez, una acción a la vez, contribuimos a un mundo donde la confraternidad es la norma y la paz es su fundamento. Permito que la paz comience conmigo.