La vida sin mis nietos sería tan triste y muy falta de amor… porque ellos son el refugio a mis tristezas, ellos son parte de mi vida, de mi sangre y de mi ser…
Mi vida entera doy por cada uno de mis nietos, porque verles sonreír ilumina el mundo y me envuelve de felicidad… pequeñitos seres que tienen el mundo a sus pies, que son ternura y amor. Basta tan sólo con sonreír para caer rendidos a sus pies y concederles lo que quieren... así son ellos, mis nietos, pícaros y bellos, genuinos en su hablar y en su sentir.
Cuando te abrazan quisieras bajarles el universo entero, rodearlos de las más bellas estrellas y hacerlos felices, porque su risa contagia, río con sus risas y lloro con sus lágrimas…
Mis nietos lo son todo para mí, son como recuerdos envueltos en hilos de plata… son como la brisa que lleva el mar… suaves y frescos...
¡Cuánto amo a mis nietos!