Las cuatro funciones básicas
Suma:
Cada noche de amor de que has gozado.
Los oros de la tarde en agonía.
La ardiente languidez del mediodía.
Añade los recuerdos más dichosos
disfrutados al lado de tus hijos.
Los instantes de paz que has disfrutado.
Un "gracias"... que has sentido muy sincero.
El afecto de un amigo verdadero
y los amaneceres venturosos...
Resta:
Las noches de amor que no han llegado.
La tarde aquella en que tu amor moría.
La traición que conociste un mediodía.
Quita todos los instantes tormentosos
y decepciones al crecer los hijos.
Las horas de tristeza que has pasado.
La ingratitud de quien no fue sincero.
Las ofensas de una amigo traicionero
y los amaneceres nebulosos.
Divide:
Entre alguien cuando sufre, tu sonrisa
y haz su dolor y su pesar más leve.
La última moneda que te queda
entre el pobre, el anciano abandonado
y el que está en una cama aprisionado.
Parte tu corazón y tu cariño
con quien será en la vida siempre niño.
Divide tu tormento de alegría
y de felicidad aunque sea breve...
Multiplica:
Tu fe con oraciones
y todos tus esfuerzos por ser bueno.
Multiplica tus obras, tus acciones.
Multiplica tu afán por darte plenos.
Feliz aquel que en su existir aplica
las cuatro operaciones principales.
De lo que bueno recibió a raudales
resiste amargura, decepción y males
y si del saldo divide los caudales,
verá que el que divide multiplica...
Autor: Rosina Guerrero de Alvarado