Sentir que la vida es una feliz oportunidad.
Expresar siempre pensamientos positivos y constructivos, presuponer siempre que podemos salir adelante en lo que nos
propongamos.
Manteniendo esta actitud pondremos en juego la ley de atracción por afinidad y sólo traeremos cosas buenas y positivas a
nuestra vida.
Si lo aplicamos con constancia y regularidad, lograremos el milagro de nuestra propia realización.
Fijarnos ideales en nuestra conciencia y repetirlos... hasta que se hagan carne en el inconsciente y sean parte integral de
nuestra manera de ser, de actuar y de pensar.