Primer hijo
Ábrese la corola de la rosa
y canta su canción la primavera;
brota la fuente al pie de la palmera
y se vierte en salmodia rumorosa.
Tú también te has abierto, en prodigiosa
revelación de vida tempranera,
y eres desde hoy más rosa y más entera,
más manantial, y más canción gozosa.
El minúsculo vástago, en progreso
a golpe de reloj, llevará impreso
tu propio rostro en su fisonomía.
Repetirá tu vida en cierto modo,
pero tendrá la suya, y sobre todo
duplicará tu propia melodía.
Octavio Paz
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