Gracias por ser como eres...
Gracias por ser tú. Por mostrarte tal y como eres: a veces con miedos, otras con fuerzas y esas otras con esas ganas de hacer reír y convertir cada instante en un momento para recordar.
Gracias por permanecer, por estar ahí, a pesar de todo, por no hacer caso a los prejuicios y por librarte de las trampas de las expectativas. Gracias porque sé que no siempre es fácil: a veces por mí, otras por ti, por nosotros o por lo que ocurre en general. Gracias por tu paciencia.
«Amar no es solamente querer, también es comprender».
-Françoise Sagan-
Gracias por ser como eres, por enseñarme que el amor es mucho más que sonreír felices, que comprender y apostar por lo que uno siente tiene un sentido: fortalecer el «nosotros». Porque, a veces, me bajas del cielo y me ayudas a poner los pies en la tierra, porque no edulcoras la realidad. Porque me enseñas a quererte a fuego lento y día a día me lo expresas.
Gracias por tu valentía, por abrirte a mí desde el principio. Eres mi mayor ejemplo de superación, de mejorarse a uno mismo, de combatir y seguir adelante. Te admiro.
Gracias por quererme cuando no me lo merezco, por aceptarme a pesar de mis heridas, a pesar de mis fallos, por agarrar mi mano. Porque aceptas mis limitaciones y poco a poco me estás enseñando a querer eso que yo llamo defectos, pero que tú te empeñas en mirarlos desde otro lado. Me ayudas a crecer en el sentido más amplio.
No voy a negarlo, me gusta saber que aceptas mis demonios, mi partes más oscuras y que en lugar de temerlas, te atreves a acariciarlas. No paras de enseñarme que todo lo vivido, todo lo experimentado, ha sido necesario para llegar hasta aquí, para llegar hasta ti.
«Millones y millones de años y todavía no tengo suficiente tiempo para describir ese pequeño instante de eternidad en que colocas tus brazos alrededor mío y yo coloco mis brazos alrededor tuyo».
-Jacques Prévert-