Me gustas por tu rebeldía por tu alma guerrillera por tus inconfesables travesuras de niña consentida. Me gustas por dejar que tu alas se oxiden de monotonías por pintar con manchas inmaculados lienzos impolutos. Me gustas por tu mirada de mujer lasciva por tus senos turgentes y tus ingles desbocadas. Me gustas porque entre tus palabras, tus pinturas y tu máscara se cuelan retazos de tu alma, de esa alma que cada día me enamora.
|