Vuelves...
Porqué clavas tus punzantes recuerdos en mi ya inerte corazón en cual pusiste testigo de tu acción el cual inocente tus lanzas arropó y guardo en su regazo hasta tu llegada que, en manos del sino, nunca mostró.
Por qué ahora suplicas perdón sabiendo que a más bien cristiano sabe que más humana es el alma y que en más origen del pecado más dura es la redención poniendo prueba de tu vileza dejando al viento lacerante olor de tu traición.
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