A LAS AMIGAS DE MI VIDA
Cuando era niña, yo creía en la idea de una sola mejor amiga. Luego, empecé a convertirme en una mujer.
Cuando me di cuenta que si permites que tu corazón se abra completamente, Dios te mostrará lo mejor de muchas de tus amigas.
Una amiga es la perfecta cuando estás pasando por problemas con tu pareja.
Otra amiga es la perfecta cuando estás en conflicto con tu madre. Otra, cuando quieres irte de compras, otra cuando quieres compartir, o sanar, o fregar un rato o simplemente ser tu misma.
Una amiga dirá, oremos juntas; la otra nos dirá lloremos juntas, otra dirá luchemos juntas, otra dirá caminemos juntas. Una amiga llenará tu necesidad espiritual, otra tu fanatismo por los zapatos nuevos, otra compartirá tu afición al cine, otra estará contigo en tus épocas de confusión, otra será la que te aclare los pensamientos, otra será el viento bajo tus alas para ayudarte a volar.
Pero sea cual sea su rol en tu vida, o la ocasión, o cualquiera que sea el día, o si necesitas que vayan a verte en ese instante en sus peores fachas saliendo del gimnasio y con el pelo recogido en un moño sólo para apoyarte y evitar que hagas el ridículo en alguna situación, esas son tus mejores amigas.
Puede que todas estas cosas estén incluidas en una sola mujer, pero para muchas, está comprendida en muchas amigas. Una de 6º grado, una de la secundaria, algunas de los tiempos de la universidad, un par de ellas de trabajos por los que pasamos, pueden ser de la iglesia, algún día será tu madre, otros días tu hermana y en algunos días es una que la necesitaste solo por ese día o semana en que necesitabas a alguien al lado tuyo con una perspectiva fresca de las cosas, o tal vez aquella que no conocía todo tu "equipaje" del pasado, o tal vez esa que tan solo te escuchó sin juzgarte...todas ellas son tus buenas amigas, las mejores amigas.
Doy gracias a Dios por mis amigas, por aquellas que honran la intimidad, aquellas que son confiables y aquellas que tan sólo me sostuvieron aquella ocasión en que me sentía taaaan pesada.
Le doy gracias a Dios por ti. El lazo especial que compartimos es único para nosotras. Las palabras que compartimos. Las oraciones que hemos elevado juntas. Las risas, las lágrimas, las llamadas telefónicas, los emails, el irnos de compras, las películas, los almuerzos, las cenas, las conversaciones largas en las noches, las conversaciones en la tarde con un cafecito, las conversaciones de fin de semana, TODAS las conversaciones, hablando y hablando, escuchando y escuchando y escuchando así sea que has estado ahí conmigo por 20 minutos o por más de 20 años.