Que difícil resulta
ver todo tan licuado
donde protestan juntos
el ladrón y el honrado
(cacerola mediante).
Qué historia delirante,
qué trabajo vivirla
sin tener un centavo;
vos que no me bancabas
hoy estás a mi lado
golpeando tu cacharro.
Yo que nunca puteaba
hoy soy un escusado
en el medio del barro...
y todo sigue igual
( lo que es decir peor).
Las caras son las mismas,
las voces son iguales.
Lo único que crece
sin pausa, es el dolor.