ESPERAR LO MEJOR
La mente trabaja bajo dos paradigmas extremos: esperar lo mejor o esperar lo peor; la segunda posición es la más natural y sencilla, pues no exige del ser humano absolutamente nada, además, es la más apoyada por los medios de comunicación, todo lo que es tragedia se convierte en noticia y nuestro morbo y atracción hacia lo negativo se ve satisfecho, ser testigo del desastre y la desgracia es el tema favorito de los mediocres, pues viven en un estado permanente llamado envidia.
En cambio, el ser positivo, el autovisualizarse como triunfador, el desarrollar un proyecto con la certeza de que va a salir excelente, requiere de un esfuerzo, de una energía vivificante que nos anime a la acción y a enfrentar cada obstáculo no como una dificultad, sino como un reto a superar, es más, ni siquiera son clasificados como barreras, sino que se suman a la colegiatura que hay que pagar para alcanzar el triunfo, y como vale la pena, ni siquiera nos detenemos a pensar en su costo. "Si vale la pena, desafían todo hasta lograrlo", los endorfinómanos son unos adictos del optimismo y como son conocedores de la realidad con más fuerza y espíritu combativo dan inicio a cada proyecto y no se quedan en paz hasta haberlo logrado.
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