Pensamiento del 15/10/2009.
"Si alguna vez desaparecieran la Biblia y todos los Libros
sagrados de la humanidad, se podrían volver a escribir, porque
tienen su origen en el único libro verdadero, el Libro de la
vida, es decir el universo y el ser humano mismo, que son los
depositarios de la palabra de Dios.
La palabra divina que transmiten los textos sagrados no es una
palabra en el sentido habitual de este término. Dios jamás se
dirigió a un ser humano en un idioma humano para revelarse a él
o darle instrucciones. Es el ser humano quien logró leer,
entender y descifrar la palabra de Dios en la naturaleza y en sí
mismo. Porque el Verbo divino, la luz original forma la sustancia
de todo lo que existe. Meditad sobre el tercer versículo del
Génesis: «Dios dijo: Hágase la luz», y el primer versículo del
Evangelio de san Juan que vuelve a repetir: «Al principio era el
Verbo.» De esta luz original, de este Verbo divino, la palabra
humana no es más que una expresión muy lejana y muy pobre."
Omraam Mikhaël Aïvanhov