Salvador Díaz Mirón
MUDANZA
Ayer, el cielo azul, la mar en calma y el sol ignipotente y cremesino, y muchas ilusiones en mi alma y flores por doquier en mi camino.
Mi vida toda júbilos y encantos, mi pecho rebosando de pureza, mi carmen pleno de perfume y cantos y muy lejos, muy lejos, la tristeza.
Ayer, la inspiración rica y galana llenando mi cerebro de fulgores; y tú, sonriente y dulce en tu ventana, hablándome de dichas y de amores.
Ayer, cuanto era luz y poesía: las albas puras y las tardes bellas henchidas de sutil melancolía, y las noches pletóricas de estrellas...
Y hoy... la sombra y el ansia del desierto, perdida la esperanza, y la creencia, y el amor en tu espíritu ya muerto, y sembrada de espinas la existencia.
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