RIMAS
El día con su manto de vívidos colores, inspira cosas dulces: la risa y la ilusión. Entonces la mirada se inclina hacia las flores... Las flores son los versos ¡que el prado canta al sol!
La noche con su sombra, que deja ardientes rastros, inspira cosas graves: la angustia y la oración. Entonces la mirada se eleva hacia los astros... Los astros son los versos ¡que el cielo canta a Dios!
Qué pliegue su ala de oro la tarde en el vacío; que pasen por mi mente las ondas del Cedrón; que caiga de la nube la gota de rocío; ¡que radien las estrellas, que trine el ruiseñor!
Salvador Díaz Mirón
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