La Niña De Los Ojos Negros
Hoy la conoci.
Sus ojos son negros.
Su mirada es viva,
de piel morena,
rostro que no se olvida.
La conoci en la calle,
un tiempo vendiendo
y otro tiempo pidiendo.
Camina por los barrios,
sus piecitos desnudos y
sus manos pequeñitas,
sin nadie que las defienda.
Muchos son los curiosos,
muchos los que miran,
pero sin ojos,
solo con vendas.
Existen palabras fuertes
y existen palabras suaves.
Aquellas que se dicen
y aquellas que se piensan,
pero solo maldicen
las que son cobardes,
las que se otorgan
y las que se callan.
Crece en medio de fuertes.
Fuertes que le gritan,
fuertes que le pegan.
A la calle, a vender,
buena para nada.
Ah, se me olvida,
asi son los gritos
de los fuertes.
Valiente no se llama
quien a un niño abusa
y luego desprecia para
volver a tomar y usar.
Monedas y billetes,
limosnas obligadas
que huelen a noches
de lujurias encadenadas.
Si, hoy la conoci,
a la niña de los ojos negros.
Pablo Roman Caballero