QUE
RISUENO CONTACTO
¡Qué
risueño contacto el de tus ojos, ligeros como palomas asustadas a la orilla
del agua! !Qué rápido contacto el de tus ojos con mi mirada!
¿Quién eres tú? !Qué importa! A pesar de ti misma, hay en tus
ojos una breve palabra enigmática. No quiero saberla. Me gustas
mirándome de lado, escondida, asustada. Así puedo pensar que huyes de
algo, de mí o de ti, de nada, de esas tentaciones que dicen que
persiguen a la mujer casada.
jaime
Sabines
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