Iban los dos hermanitos caminando hacia la escuela… llevaban en sus mochilas cada uno un alfajor… el más grande, de pasada, se encontró con un amigo, y cambiando figuritas…su merienda trocó por la “mejor”.
Dos cuadras más adelante unos niñitos descalzos, en los tachos de basura buscaban algo de comer…, y el hermanito más chico, sin dudarlo ni un instante, abriendo la mochilita, su alfajor les fue a ofrecer…
Ya de vuelta de la escuela, los recibe su mamá: “¡Cómo les va, mis amores!... ¿Comieron su meriendita…?” “Yo no –contestó el más grande- ; hice algo mucho mejor : ¡la cambié por la “difícil”…! ¡…la más buscada figurita…!”.
“Yo tampoco la comí…” –dijo el hermano más chico- “La usé, mami,… -agregó el niño con angélico candor-, para que unos nenes pobres no coman de la basura…” (¡¡¡Que hermoso va a ser el mundo del hermanito menor…!!!).
Jorge Oyhanarte
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