Cierro los ojos… y ya siento
tu resplandor oro-rubí…
¡…bendita lluvia de diamantes
que vas cayendo sobre mí …!
Con tu energía cantarina
de iridiscente vibración,
vas transmutando suavemente
la oscuridad del corazón…
Tus arco iris diminutos
-como cascadas de cristal- ,
me van sanando las heridas
de todo aquello que hice mal.
Y tu fulgor ¡cómo remueve
las aflicciones de mi ser !
( igual que el sol sobre la nieve,
que la derrite sin querer…).
¿De dónde llegas, agua-luz ?
¿Acaso vienes del Hogar,
y al empaparme con estrellas,
quieres llevarme a Recordar...?
¡Hazme de nuevo limpio y puro
tal como alguna vez lo fuí…!
- antes que el polvo de la Tierra
se aposentara sobre mí – .
Y no me quites la belleza
de tu milagro tornasol…
( como el de aquellos mediodías
en que también llueve con sol !)
Déjame al menos tu armonía,
tu claridad de amanecer…
cuando por fín abra los ojos…
¡ Y entonces deje de llover…!
Jorge Oyhanarte