Enfrente de esa mujer yo me sentí desarmado y me entregue en un instante al sentirme acorralado.
Yo disfruté de su cuerpo en su pecho yo fuí un dios me amordacé a su boca cuando sus labios mordía y solo sé que viví lo que esa loca vivía.
Y me llevo a su lecho que tanto amor prometía yo la besaba en la boca que ella con furia me abría
Y en nuestro mutuo silencio yo deslizaba mis manos y recorriendo su cuerpo yo me perdia entre sus brazos.
Sus ojos como la noche me revelaron secretos sus pechos grandes y hermosos despertaron mis deseos y yo sumiso a sus encantos se los devoraba a besos.
Después que se marcho quede extenuado Pensando en como repetir aquel instante Y asi en este estado alucinante Me encuentro desde el dia que se ha marchado.