ay diez cosas fuertes. Lo es el hierro, pero el fuego lo derrite. El fuego es fuerte, mas el agua lo apaga. Ésta tiene fuerza, pero las nubes la evaporan. Las nubes son poderosas, pero el viento las dispersa. El hombre es recio, las los temores le agobian. El temor es formidable, pero el sueño lo vence. el sueño es arrollador, pero más lo es la muerte. El amor bondadoso, sin embargo sobrevive. -El Talmud.
i trabajáramos hombro con hombro en una campaña de paz con tanto ahínco como para ganar la guerra, estaríamos en aguja. La paz es como la prosperidad: pocas naciones pueden sostenerla. -W.R.
l gran secreto, que conocen los internistas pero aún ignora el gran público, es que todo suele mejorar por sí mismo. En realidad casi todo mejora a la mañana siguiente. -Dr. Lewis Thomas, en The Lives of a Cell
“ la descarnada princesa se casó con el feo príncipe. Y vivieron felices”. No se cuentan así los cuentos, pero eso sucede en la vida real. Pocas son las bellas, o los bellos, y en todo caso su belleza es efímera. Se me ocurrió este pensamiento en el supermercado, mientras observaba algo familiar en todas las caras y figuras, un común denominador, una tranquilizante ausencia de guapura que llamara la atención. “Las personas”, pensé, “no son todas héroes y heroínas. En el mundo real son actores de carácter” Como confirmación de esto vi reflejado en el cristal de una puerta un tipo flaco de chaqueta gris pasada de moda, pantalones pardos con grandes rodillera y zapatos gastados. Andaba con paso lento y cuidadoso, y un ensayo de sonrisa en los labios que más parecía una mueca de dolor o de fatiga. “He ahí la prueba de mi teoría”, me dije para mis adentros… y entonces me reconocí, -R.M. en Monadnock Journal
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