Poema 9
Ebrio de trementina y largos besos,
estival, el velero de las rosas dirijo, torcido hacia la muerte del
delgado día, cimentado en el sólido frenesí marino.
Pálido y
amarrado a mi agua devorante cruzo en el agrio olor del clima descubierto,
aún vestido de gris y sonidos amargos, y una cimera triste de abandonada
espuma.
Voy, duro de pasiones, montado en mi ola única, lunar,
solar, ardiente y frío, repentino, dormido en la garganta de las afortunadas
islas blancas y dulces como caderas frescas.
Tiembla en la noche
húmeda mi vestido de besos locamente cargado de eléctricas gestiones, de
modo heroico dividido en sueños y embriagadoras rosas practicándose en mí.
Aguas arriba, en medio de las olas externas, tu paralelo cuerpo se
sujeta en mis brazos como un pez infinitamente pegado a mi alma rápido y
lento en la energía subceleste
PABLO NERUDA
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