ADAGIO
No busques en las sombras a la Luz,
ubícate tranquilo bajo el cielo,
y mira y escudriña que en el suelo
al fondo del camino hay una cruz.
Deshecha tus temores; ven con tus
abiertas manos, alma y corazón,
y acógete a la gracia del perdón;
¡El don, a los que creen en Jesús!.
El Verbo se hizo carne para dar
su vida y su verdad maravillosa.
Su amor abrió la escuela para amar
al prójimo, y a Dios que habita en él.
Tan plena es su amistad pura y hermosa;
que aunque somos infieles… ¡Él es fiel!.
AUTOR: