Maestra amiga
Un despertar distinto, aquella mañana fría
Tu rostro ante nosotros se mostró
Como aquella rebosante flor
Que luego de la lluvia, cayó.
Tu triste mirada se escondió
En el fondo de aquel pizarrón
Pero tu corazón no pudo más
Y de tus ojos una lágrima brotó.
De aquella inocente niña entonces
Un regalo recibiste
Y su insólita carta leías
Mientras ella con inocencia te veía.
En tu rostro una sonrisa
Entonces se dibujó
Y aquella paloma blanca
Dentro de tu corazón voló.
Los números en recuerdos se habían convertido
Aquella materia una nueva historia llegó a ser
Y en aquella solitaria aula
Dos nuevas amigas se empezaban a conocer.
Tus enseñanzas fueron muchas
Pero más lo fueron los bellos recuerdos
Y aquella niña a la que un día regañaste
A Dios agradeció por haber encontrado
Una maestra así como tú....
¡Mi maestra amiga!
Colaboración de Johana Karolina
Ecuador