DICEN QUE...
Dicen que cuando se acerca fin de año los ángeles curiosos
se sientan al borde de las nubes a escuchar los pedidos que
llegan desde la tierra.
- ¿Qué hay de nuevo? -pregunta un ángel pelirrojo,
recién llegado.
Lo de siempre: amor, paz, salud, felicidad...- contesta
el ángel más viejo.
Y bueno, todas
esas son cosas muy importantes.
Lo que pasa es que hace siglos que estoy escuchando
los mismos pedidos y aunque el tiempo pasa los
hombres no parecen comprender que esas cosas
nunca van a llegar desde el cielo, como un regalo.
¿Y qué podríamos hacer para ayudarlos? - Dice el más
joven y entusiasta de los ángeles.
¿Te animarías a bajar con un mensaje y susurrarlo al
oído de los que quieran escucharlo? - pregunta el
anciano.
Tras una larga conversación se pusieron de acuerdo y
el ángel pelirrojo se deslizó a la tierra convertido en
susurro y trabajó duramente mañana, tarde y noche,
hasta Los últimos minutos del último día del año.
Ya casi se escuchaban las doce campanadas y el ángel
viejo esperaba ansioso la llegada de una plegaria
renovada. Entonces, luminosa y clara, pudo oír la
palabra de un hombre que decía:
"Un nuevo año comienza. Entonces, en este mismo
instante, empecemos a recrear un mundo distinto,
un mundo mejor:
sin violencia, sin armas, sin fronteras, con amor, con
dignidad; con menos policías y más maestros, con
menos cárceles y más escuelas, con menos ricos y
menos pobres.
Unamos nuestras manos y formemos una cadena
humana de niños, jóvenes y viejos, hasta sentir que
un calor va pasando de un cuerpo a otro, el calor del
amor, el calor que tanta falta nos hace.
Si queremos, podemos conseguirlo, y si no lo hacemos
estamos perdidos, porque nadie más que nosotros
podrá construir nuestra propia felicidad".
Desde el borde de una nube, allá en el cielo, dos
ángeles cómplices sonreían satisfechos.
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